Un Corazón de Fuerza
Había una vez en un lejano reino un dragón llamado Amable. A diferencia de otros dragones, Amable no era malvado ni quería hacer daño a nadie. Era un dragón amistoso y gentil que solo quería hacer amigos.
Un día, el rey del reino anunció que había una princesa valiente llamada Valiente que necesitaba la ayuda de alguien para salvar su reino de una terrible amenaza.
Muchos caballeros se ofrecieron voluntarios para ayudar a la princesa, pero ninguno regresaba victorioso. Amable escuchó sobre la situación y decidió presentarse ante el rey. Aunque todos pensaban que los dragones eran feroces y peligrosos, Amable sabía que podía demostrarles lo contrario. Cuando llegó al castillo, todos temblaron al verlo.
Pero Amable les sonrió amigablemente y dijo: "Hola a todos, he venido para ayudar a la princesa Valiente". El rey estaba sorprendido por las palabras del dragón y decidió darle una oportunidad.
Le explicaron a Amable sobre la terrible criatura que amenazaba el reino: un monstruo gigante con garras afiladas y dientes filosos. Amable decidió ir en busca de la criatura junto con Valiente. Durante su viaje, se encontraron con muchos obstáculos difíciles de superar.
Sin embargo, cada vez que estaban en problemas, Amable usaba su inteligencia y habilidades especiales para resolverlos. Valiente comenzó a darse cuenta de lo valioso que era tener a alguien como Amable a su lado.
No solo era fuerte físicamente, sino que también era ingenioso y siempre encontraba una solución pacífica a los problemas.
Un día, mientras descansaban en el bosque, Valiente le preguntó a Amable: "¿Por qué eres tan amable y gentil, siendo un dragón?"Amable sonrió y respondió: "Todos los dragones no son malvados. Al igual que las personas, somos diferentes unos de otros. Yo simplemente decidí ser amable en lugar de temible".
Valiente se sintió inspirada por las palabras del dragón y comenzó a ver más allá de su apariencia. Se dio cuenta de que la verdadera fuerza no radicaba en luchar con violencia, sino en encontrar soluciones pacíficas y trabajar juntos. Finalmente, llegaron al escondite del monstruo gigante.
En lugar de atacar directamente, Amable ideó un plan para distraer al monstruo mientras Valiente lo derrotaba usando su astucia e inteligencia. Juntos lograron vencer al monstruo y salvaron el reino.
El rey estaba tan impresionado por la valentía y amabilidad de Amable que decidió nombrarlo como protector del reino. Desde ese día en adelante, el Dragón Amable vivió felizmente junto a la princesa Valiente en el castillo.
Juntos enseñaron a todos que no debemos juzgar por las apariencias o lo que otros dicen; la verdadera valentía se encuentra en la empatía, la comprensión y la amistad.
Y así termina nuestra historia sobre el Dragón Amable y la Princesa Valiente; una historia llena de enseñanzas sobre cómo nuestras acciones pueden cambiar las percepciones de los demás y cómo la verdadera fuerza reside en el corazón.
FIN.