un cuento de amistad, inclusión y cuidado del medio ambiente


Había una vez un niño llamado Tomás, que era muy alegre y le encantaba jugar con sus amigos en el parque.

Cada tarde después de la escuela, Tomás corría al parque para encontrarse con sus amigos y pasar horas jugando. Un día, mientras estaban jugando al fútbol, uno de los amigos se lastimó el pie y tuvo que irse a casa.

Los demás niños no sabían qué hacer sin su amigo, así que decidieron ir a buscar a otro niño para reemplazarlo. Caminaron por todo el parque buscando a alguien que quisiera unirse a ellos, pero todos los otros niños ya estaban ocupados jugando con sus propios amigos.

Fue entonces cuando Tomás vio a un niño solitario sentado en una banca mirando hacia el suelo. Tomás se acercó al niño y le preguntó si quería jugar con ellos. El niño levantó la cabeza sorprendido y sonrió tímidamente. "No sé jugar al fútbol", dijo el niño.

"No te preocupes", respondió Tomás. "Te enseñaremos". Y así fue como el nuevo amigo se unió al grupo y aprendió cómo jugar al fútbol gracias a las explicaciones de Tomás y sus amigos.

Después de ese día, el nuevo amigo comenzó a venir al parque todas las tardes para jugar con ellos. Los niños descubrieron que aunque era diferente a ellos en algunos aspectos, también tenía muchas cosas en común.

Juntos aprendieron nuevos juegos y compartieron historias divertidas sobre sus vidas. Incluso planearon una excursión juntos para explorar otras áreas del parque donde nunca habían estado antes.

Un día, cuando estaban jugando en el parque, un hombre mayor se acercó a ellos y les preguntó si querían ayudar a plantar algunos árboles nuevos. Los niños aceptaron emocionados y trabajaron juntos para plantar los árboles en una zona del parque que necesitaba más sombra.

Después de terminar la tarea, el hombre mayor les explicó cómo cuidar de los árboles y mantenerlos saludables. Los niños aprendieron sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y cómo pequeñas acciones pueden marcar una gran diferencia.

Desde ese día, Tomás y sus amigos continuaron jugando juntos en el parque todos los días después de la escuela. Aprendieron a valorar las diferencias entre ellos, a trabajar juntos como equipo y a cuidar del medio ambiente que los rodea.

Y así es como Niño Alegre Jugando Amigos Parque se convirtió en una historia inspiradora sobre amistad, inclusión y responsabilidad ambiental.

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