Un cuento de astucia y amistad
Había una vez tres amigos llamados Leo, Rami y Gaby que decidieron aventurarse en un bosque muy tenebroso. A medida que avanzaban entre los árboles altos y oscuros, comenzaron a escuchar extraños ruidos provenientes de una dirección en particular.
Intrigados por los sonidos, se acercaron sigilosamente y descubrieron una increíble mansión hecha completamente de caramelo. Sus ojos se iluminaron de emoción al ver semejante maravilla.
Sin embargo, su alegría se tornó en preocupación cuando vieron a través de las ventanas cómo una malvada bruja devoraba a un pobre niño inocente. La bruja arrojaba los huesos por la ventana sin mostrar ningún remordimiento.
Leo, Rami y Gaby sabían que tenían que hacer algo para detener a esa bruja y salvar al niño. Con valentía, decidieron entrar en la mansión con mucho cuidado para rescatar al pequeño.
Una vez dentro, notaron que el interior era igual de mágico que el exterior: las paredes estaban cubiertas de dulces multicolores y había un delicioso aroma flotando en el aire. Pero no podían distraerse por mucho tiempo; debían encontrar al niño antes de que fuera demasiado tarde.
Caminaron sigilosamente hasta llegar a la habitación donde la bruja tenía encerrado al niño. Para su sorpresa, encontraron al pequeño sentado tranquilamente mientras disfrutaba de un helado gigante hecho también de caramelo. "¡Hola! Mi nombre es Tomi", dijo el niño con una sonrisa radiante.
"La bruja me encontró perdido en el bosque y me trajo aquí, pero no sabía que iba a ser tan divertido estar atrapado en una casa de dulces". Leo, Rami y Gaby se miraron sorprendidos.
No podían entender cómo alguien podría disfrutar estar encerrado por una bruja malvada. "Tomi, debes tener mucho cuidado", advirtió Leo. "Esta bruja es peligrosa y ha estado comiéndose a otros niños". Tomi asintió con seriedad mientras lamía su helado.
"Lo sé, pero he estado pensando en una manera de escapar sin herir a la bruja". Los tres amigos quedaron impresionados por la astucia del niño y decidieron escuchar sus ideas. "Creo que podemos hacer un trato con la bruja", propuso Tomi.
"Podemos ofrecerle algo mejor que los niños para comer, algo más delicioso". Todos se quedaron pensando durante un momento hasta que Rami tuvo una brillante idea. "¡Ya sé! Podemos prepararle un banquete espectacular lleno de postres exquisitos", exclamó emocionado.
Con entusiasmo, Leo, Rami, Gaby y Tomi comenzaron a reagarrar todos los ingredientes necesarios para preparar el festín más increíble que jamás hubieran visto: tartas de chocolate, galletas decoradas, tortas de frutas frescas y muchas otras delicias. Cuando todo estuvo listo, llevaron el banquete ante la bruja.
Ella no podía creer lo que veía: cada plato parecía más apetitoso que el anterior. "Miren lo que les traje, una variedad de postres que seguramente les encantará", dijo Leo con voz amable.
La bruja no pudo resistirse a la tentación y comenzó a devorar cada bocado con avidez. Mientras disfrutaba de los dulces, Leo aprovechó para liberar al niño y escapar rápidamente junto a sus amigos.
Una vez fuera de la mansión, Tomi les dio las gracias por rescatarlo y les prometió ser más cauteloso en el futuro. "¡Gracias chicos! Aprendí que siempre debemos estar atentos y buscar soluciones creativas ante cualquier problema", dijo Tomi con gratitud.
Leo, Rami y Gaby sonrieron satisfechos al saber que habían ayudado a un amigo y aprendido una valiosa lección sobre el poder de la astucia y la cooperación. Desde ese día, su amistad se fortaleció aún más, compartiendo aventuras emocionantes mientras exploraban el mundo juntos.
Y así vivieron felices para siempre.
FIN.