Un cuento de valentía y amistad


Andrés era un niño muy alegre y curioso que siempre estaba ansioso por ir a la escuela y encontrarse con sus amigos.

Un día, al llegar a clases, se llevó una gran sorpresa al ver que todos sus compañeros estaban reunidos en el patio, listos para jugar. - ¡Hola Andrés! ¡Qué bueno que llegaste! -gritó Martina, su mejor amiga, mientras corría hacia él. - ¡Hola Martina! ¿Qué están haciendo todos afuera? -preguntó Andrés intrigado.

- Estamos organizando una competencia de carreras y juegos. ¡Vení a participar con nosotros! -respondió Martina emocionada. Andrés se unió al grupo y pronto empezaron las competencias. Había carreras de velocidad, saltos en saco, lanzamiento de la cuerda y muchos otros juegos divertidos.

Todos se reían y disfrutaban juntos, creando un ambiente de alegría y compañerismo. - ¡Vamos Andrés, podés hacerlo! -animaba Martina mientras corrían juntos en la carrera de obstáculos.

Andrés se esforzaba al máximo en cada prueba, sintiéndose feliz de compartir esos momentos especiales con sus amigos. A medida que avanzaban las competencias, todos demostraban su talento y habilidades únicas. Sin embargo, cuando llegó el turno del juego de equilibrio sobre zancos, Andrés sintió un poco de miedo.

Nunca antes lo había intentado y le parecía difícil mantenerse en pie sobre esas largas varas de madera. - ¿Estás bien Andrés? No tengas miedo, confiamos en vos -dijo Nicolás, otro amigo del grupo.

Con el apoyo de sus amigos, Andrés decidió enfrentar su temor y subirse a los zancos. Al principio titubeaba un poco e incluso tropezó unas cuantas veces, pero no se rindió.

Se concentró en mantener el equilibrio y poco a poco fue mejorando su técnica. Finalmente logró dar algunos pasos sin caerse y todos sus compañeros lo aplaudieron emocionados. Andrés sonreía radiante por haber superado ese desafío gracias al apoyo incondicional de sus amigos.

Al terminar todas las pruebas, compartieron una merienda juntos celebrando una jornada llena de diversión y camaradería. Andrés se sentía lleno de gratitud por tener amigos tan increíbles que lo motivaban a ser valiente y superar sus miedos.

Esa tarde volvió a casa con el corazón rebosante de felicidad y aprendizajes importantes: la importancia del trabajo en equipo, la solidaridad entre amigos y la valentía para enfrentar los desafíos con determinación.

Y así comprendió que junto a sus compañeros podían lograr grandes cosas si permanecían unidos como verdaderos amigos.

Dirección del Cuentito copiada!