Un cuento de valentía y amor


Había una vez una niña llamada Paula, a la que le encantaba jugar al aire libre y explorar el jardín de su casa. Sin embargo, Paula tenía un gran miedo: las arañas.

Cada vez que veía una araña en su camino, se paralizaba del miedo y corría gritando en busca de ayuda. Un día soleado, mientras jugaba en el jardín, Paula vio una araña grande y peluda tejiendo su tela entre dos árboles.

Su corazón comenzó a latir rápidamente y sintió un escalofrío recorrer su espalda.

Corrió hacia su mamá gritando:-¡Mamá, mamá! ¡Hay una araña enorme en el jardín! Su mamá se acercó con calma y le preguntó:-¿Por qué tienes tanto miedo de las arañas, Paula? -Porque son peludas, tienen muchas patas y me dan mucho asco -respondió Paula temblando.

La mamá de Paula la abrazó con cariño y le dijo:-Las arañas pueden parecer asustadoras, pero en realidad son criaturas muy interesantes y útiles para nuestro jardín. Te propongo hacer un trato: si te animas a aprender más sobre las arañas, verás que no son tan malas como crees. Paula dudó por un momento, pero finalmente decidió aceptar el desafío de su mamá.

Juntas buscaron información sobre las arañas en libros y en internet. Aprendieron que las arañas ayudan a controlar la población de insectos dañinos para las plantas y que son parte importante del ecosistema.

Armadas con nuevos conocimientos, madre e hija regresaron al jardín donde estaba la gran araña tejedora. Observaron con atención cómo trabajaba pacientemente para construir su tela y capturar insectos para alimentarse.

Paula sintió curiosidad reemplazando poco a poco su miedo inicial por admiración hacia este pequeño ser vivo tan dedicado a cuidar el equilibrio natural del jardín. Con el tiempo, Paula dejó de tenerle miedo a las arañas e incluso comenzó a estudiarlas más detenidamente.

Se convirtió en una defensora de estos insectos maravillosos e inspiraba a otros niños a respetarlos y protegerlos.

Desde entonces, cada vez que veía una araña en su camino recordaba lo valioso que era para la naturaleza y lo orgullosa que se sentía por haber superado sus temores gracias al amor y apoyo incondicional de su mamá.

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