Un cuento sobre el color amarillo



Había una vez un pequeño sol llamado Solito, que vivía en el cielo azul y brillante. Solito siempre había sido curioso por saber más sobre el mundo que lo rodeaba. Un día, decidió emprender un viaje para descubrir más sobre el color amarillo.

Solito se despidió de sus amigos, las nubes, y comenzó su viaje descendiendo lentamente. Mientras descendía, se encontró con una hermosa mariposa amarilla. La mariposa le dijo a Solito: 'Hola, Solito, soy Mariposita. Soy amarilla como el sol. Vuela conmigo y te mostraré por qué el color amarillo es tan especial'.

Solito, emocionado, siguió a Mariposita. Pronto llegaron a un campo lleno de flores amarillas. 'Estas son flores amarillas, Solito', dijo Mariposita. 'Ellas nos dan el color amarillo y alegran el mundo con su belleza'. Solito rio de alegría al ver las hermosas flores amarillas.

Más adelante en su viaje, Solito se encontró con un simpático patito amarillo llamado Patito. Patito le dijo a Solito: 'Hola, Solito. Yo soy amarillo como el sol y las flores. Ven conmigo, te llevaré a un bosque de árboles frutales amarillos'. Solito asintió emocionado y siguió a Patito.

En el bosque de árboles frutales amarillos, Solito descubrió que había deliciosas frutas como los plátanos y las peras. 'Las frutas amarillas son deliciosas y nos dan energía, Solito', explicó Patito. Solito probó las frutas y encontró que eran tan deliciosas como coloridas.

Al final del día, Solito volvió al cielo con un montón de nuevas experiencias y conocimientos sobre el color amarillo. Solito entendió que el color amarillo era alegre, brillante y lleno de energía. Desde ese día en adelante, Solito valoró aún más su color y apreció la belleza del mundo amarillo a su alrededor.

Y así, cada vez que el sol brillaba en el cielo, Solito recordaba con cariño su viaje y sonreía con alegría por ser amarillo. Fin.

FIN.

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