Un cuento sobre la empatía y la importancia de respetar a los demás


En lo profundo del bosque, crecía un hermoso árbol de moras. Sus hojas verdes brillaban bajo el cálido sol y sus frutos maduros eran el deleite de todos los animales. El árbol de moras vivía feliz, compartiendo sus deliciosas moras con todos los habitantes del bosque.

Un día, un zorro hambriento merodeaba por el bosque en busca de alimento. Sus ojos se posaron en las jugosas moras del árbol y, sin pedir permiso, el zorro arrebató una mora. La pobre mora, sorprendida y asustada, gritó: '¡Aaa! ¡Me dolió!'

El zorro, sin mostrar remordimiento, decidió tomar otra mora. La mora, enojada y angustiada, se quejó: '¡Deja de hacerme daño, zorro malo!'

Pero el zorro, en vez de escucharla, continuó quitando moras del árbol. Fue en ese momento que algo mágico sucedió. Un destello brillante iluminó el bosque y, de repente, el árbol de moras se cubrió de espinas afiladas. El zorro, al intentar tomar otra mora, se pinchó y retrocedió con dolor.

La mora, observando la escena, le dijo al zorro: '- ¿Ves lo que has provocado? Ahora entiendes cómo me siento cuando me lastimas. Deberías haber pedido permiso en lugar de tomar lo que no es tuyo. Es importante tratar a los demás con respeto y empatía.'

El zorro, sintiéndose arrepentido, reflexionó sobre sus acciones y se disculpó con la mora. A partir de ese día, el zorro aprendió a pedir permiso antes de tomar algo y a tratar a los demás con amabilidad.

El árbol de moras, con sus nuevas espinas, continuó creciendo y compartiendo sus frutos con el resto de los animales del bosque, asegurándose de que todos fueran tratados con respeto y consideración.

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