Un cuento sobre la moderación



Había una vez un bebé llamado Tomás, a quien le encantaban las galletas. Todos los días, su mamá le daba una o dos galletitas como postre después de comer, y él las disfrutaba muchísimo.

Pero un día, mientras su mamá estaba ocupada en la cocina, Tomás encontró una caja llena de galletas y decidió tomarlas sin permiso. Tomás comenzó a comer galletas una tras otra, sin parar. Se comió tantas que pronto empezó a sentirse mal.

Su pancita le dolía y tenía tanto sueño que no podía mantener los ojos abiertos. Su mamá se dio cuenta de lo que había pasado y se preocupó mucho por él.

"¡Tomás! ¿Qué hiciste? ¡Te dije que sólo podías comer unas pocas galletas al día!", exclamó su mamá con angustia. Tomás se sintió muy arrepentido y triste por haber desobedecido a su mamá. Se prometió a sí mismo nunca más volver a hacer algo así.

Su mamá lo llevó al médico para asegurarse de que no hubiera ningún problema por haber comido tantas galletas. Afortunadamente, el doctor dijo que Tomás estaría bien, pero que debía tener cuidado con lo que comía en el futuro.

Desde ese día, Tomás aprendió la importancia de seguir las reglas y de no excederse en las cosas que le gustaban. Comenzó a llevar una dieta más equilibrada y a pedir permiso antes de tomar cualquier alimento fuera de horario.

Con el tiempo, Tomás creció sano y fuerte gracias a sus hábitos alimenticios saludables. Siempre recordaba la vez en la que comió demasiadas galletas como una lección importante en su vida.

Y colorín colorado, este cuento ha terminado con Tomás siendo un niño feliz y saludable gracias a aprender de sus errores.

FIN.

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