Un cuento sobre superar los miedos



Había una vez en la tranquila ciudad de Buenos Aires, una niña llamada Valentina. Valentina era una niña muy alegre y creativa, pero tenía un gran miedo que la atormentaba día y noche.

Desde que era pequeña, Valentina tenía miedo de la oscuridad. Este miedo la paralizaba y la impedía disfrutar de las cosas que más le gustaban, como ir de campamento con su familia, jugar en el parque por las tardes y hasta dormir sola en su habitación.

A pesar de su miedo, Valentina tenía un gran sueño: convertirse en una gran bailarina de ballet. Sin embargo, el miedo a la oscuridad no le permitía avanzar en su camino hacia la realización de su sueño.

Un día, cansada de sentirse atrapada por su miedo, Valentina decidió tomar cartas en el asunto. -¿Qué puedo hacer para vencer mi miedo a la oscuridad, mamá? - preguntó Valentina con voz temblorosa.

-Creo que sé cómo ayudarte, Valentina -respondió su mamá con una sonrisa reconfortante-. Tengo una amiga que es experta en vencer miedos. Podríamos pedirle ayuda. Sin dudarlo, Valentina aceptó la propuesta de su mamá y se dispuso a conocer a la misteriosa amiga.

La amiga resultó ser una señora mayor muy sabia, llamada Doña Rosa. Doña Rosa le enseñó a Valentina que el miedo a la oscuridad era solo un obstáculo que ella misma había construido en su mente, y que tenía el poder para enfrentarlo.

Valentina, con determinación y valentía, empezó a practicar los consejos de Doña Rosa. Cada noche, encendía una pequeña luz tenue en su habitación, se abrazaba a su osito de peluche y repetía en voz alta: "Soy valiente, puedo vencer mi miedo".

Día tras día, Valentina se fue sintiendo más segura y confiada. Finalmente, llegó el día en que Valentina decidió enfrentar su mayor temor y dormir toda la noche con la luz apagada. Esa noche, Valentina pudo vencer su miedo a la oscuridad.

A partir de ese momento, se sintió más libre y alegre. Con su miedo superado, Valentina pudo enfocarse en su gran sueño de convertirse en una bailarina de ballet. Tomó clases de danza y practicó con dedicación y esfuerzo.

A pesar de los desafíos y obstáculos, Valentina nunca se rindió. Y finalmente, su sueño se hizo realidad: debutó en un espectáculo de ballet con un hermoso tutú y zapatillas de punta.

Valentina comprendió que, al igual que venció su miedo a la oscuridad, podía superar cualquier otro obstáculo que se interpusiera en su camino. Con su ejemplo, inspiró a muchos niños a enfrentar sus propios miedos y perseguir sus sueños con valentía y determinación.

FIN.

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