Un día de aventuras en el parque


Ana era una niña muy alegre y creativa que adoraba jugar con sus amigos en el parque cerca de su casa. Un día soleado, Ana decidió invitar a sus amigos Sofía, Martín y Juan a pasar la tarde juntos.

- ¡Hola chicos! ¿Quieren jugar al escondite? -propuso Ana con entusiasmo. - ¡Sí! ¡Qué buena idea, Ana! -respondieron los tres amigos al unísono. Así que comenzaron a correr y esconderse entre los árboles y bancos del parque.

Ana era muy astuta y lograba encontrar a todos sus amigos en cada ronda. Después de varias partidas, decidieron descansar un poco en el pasto. - ¿Y si jugamos a inventar historias? -sugirió Martín.

- ¡Sí! Cada uno puede decir una frase y así armamos una historia entre todos -agregó Sofía emocionada. Comenzaron a imaginar increíbles aventuras donde eran piratas buscando un tesoro escondido en la isla del parque, exploradores en busca de criaturas mágicas o astronautas viajando por el espacio.

Se reían y disfrutaban creando mundos fantásticos juntos.

De repente, Juan miró hacia el cielo y exclamó: "¡Miren esa nube con forma de dragón!" Todos levantaron la vista y se maravillaron ante la nube que parecía moverse lentamente sobre sus cabezas. - ¡Es verdad! Parece un dragón enorme que nos está observando desde arriba -dijo Ana asombrada.

Esa nube desencadenó una nueva ola de inspiración en los niños, quienes comenzaron a idear más historias fantásticas relacionadas con dragones, castillos encantados y valientes caballeros. La tarde pasaba volando mientras su imaginación volaba aún más alto. Cuando el sol empezó a ponerse en el horizonte, los padres de los niños llegaron al parque para llevarlos de vuelta a casa.

Ana se despidió de sus amigos con una gran sonrisa en el rostro, sabiendo que aquella tarde llena de juegos y creatividad quedaría guardada en su memoria para siempre.

Desde ese día, Ana supo lo importante que era compartir momentos especiales con sus amigos, dejando volar su imaginación y creando historias únicas que fortalecían su amistad. Y así, cada vez que jugaban juntos, sabían que no solo estaban creando recuerdos inolvidables, sino también forjando lazos indestructibles entre ellos.

Dirección del Cuentito copiada!