Un día de lluvia en familia



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, una niña llamada Fernanda. Fernanda era una niña alegre y curiosa, siempre lista para explorar y divertirse.

Pero un día, cuando se levantó con ganas de salir a jugar en el parque con sus amigos, se dio cuenta de que estaba lloviendo afuera. - ¡Ay no! ¡Qué mal que esté lloviendo hoy! -se lamentó Fernanda mirando por la ventana.

Su mamá, que estaba preparando el desayuno en la cocina, escuchó su desilusión y se acercó a consolarla. - Tranquila Fernanda, sabes que hay muchas cosas divertidas que podemos hacer dentro de casa también.

¿Por qué no pensamos juntas en alguna actividad diferente para hoy? -le propuso su mamá cariñosamente. Fernanda pensó por un momento y luego sonrió emocionada ante la idea de buscar algo divertido para hacer dentro de casa. Decidieron entonces organizar un torneo de juegos de mesa con toda la familia.

Cada uno eligió su juego favorito y comenzaron a jugar turnándose entre risas y emoción. - ¡Jaque mate! ¡Gané otra vez! -exclamó Fernanda emocionada mientras jugaba al ajedrez con su papá.

Después del torneo de juegos de mesa, decidieron poner música y armar una pista de baile en el living. Bailaron y rieron juntos durante horas, inventando pasos locos y disfrutando al máximo el tiempo en familia.

Más tarde, cuando llegó la hora del almuerzo, aprovecharon para cocinar todos juntos una rica comida casera. Fernanda ayudó a mezclar los ingredientes y decorar la mesa con servilletas coloridas mientras su mamá terminaba de preparar el plato principal.

- ¡Qué rico huele todo esto! Estoy segura de que va a estar delicioso -dijo Fernanda emocionada por probar lo que habían cocinado juntos. Después del almuerzo, decidieron ver una película todos juntos en el sofá abrazados bajo una manta caliente.

Rieron con las ocurrencias de los personajes e incluso lloraron un poco en las escenas más emotivas. Al finalizar la película, ya era tarde pero todos estaban felices por haber pasado un día tan especial juntos a pesar de la lluvia.

Fernanda se dio cuenta entonces de que no necesitaba salir afuera para divertirse; lo importante era compartir momentos especiales con las personas que quería.

- Gracias mamá por enseñarme que siempre hay algo bueno aún cuando las cosas no salen como esperamos -dijo Fernanda dando un abrazo cariñoso a su mamá antes de irse a dormir esa noche. Y así fue como Fernanda aprendió esa valiosa lección: nunca falta diversión si se tiene creatividad y amor para compartir con quienes más queremos.

Y desde ese día en adelante, cada vez que llovía afuera recordaba aquel maravilloso día lleno de risas y complicidad junto a su familia en Villa Alegre.

FIN.

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