Un Día de Onomatopeyas



Había una vez un niño llamado Mateo que vivía en una casa acogedora con su mamá y su papá. Una mañana, Mateo se despertó con el canto alegre de los pajaritos que decían, '¡Pío, pío, pío!' - 'Buenos días, pajaritos', dijo Mateo con una sonrisa.

Después del desayuno, Mateo salió al jardín. De repente, escuchó el 'zum, zum, zum' de las abejas revoloteando alrededor de las flores. '¡Hola, abejitas!' saludó Mateo animadamente.

Más tarde, cuando salió a pasear con su perro, escuchó el 'guau, guau' de un simpático perrito que pasaba por la calle. '¡Hola, amiguito perruno!' exclamó Mateo emocionado.

Al mediodía, fue a la plaza a jugar con sus amigos. Los niños reían y jugaban, y Mateo escuchaba el sonido alegre del '¡ja, ja, ja!' a su alrededor.

Después de un día lleno de aventuras, llegó la noche. Mateo se lavó los dientes y se puso su pijama. Cuando se metió en la cama, su mamá le leyó un cuento y pronto empezó a escuchar el suave 'tic-tac' del reloj. 'Buenas noches, mundo', susurró Mateo antes de quedarse dormido.

Y así, entre sonidos alegres y tranquilos, Mateo descubrió que el mundo está lleno de onomatopeyas maravillosas que hacen cada momento especial.

FIN.

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