Un día en el campo con los días



Era un hermoso día soleado cuando los Días decidieron que era hora de hacer una aventura en el campo. Lunes, Martes, Miércoles, Jueves, Viernes, Sábado y Domingo, todos estaban emocionados por lo que les esperaba.

"¡Vamos a explorar el campo!" - gritó Lunes, moviendo su sombrero de paja.

"¡Sí, sí! Yo quiero ver flores!" - dijo Martes, saltando de alegría.

"Yo quiero jugar a la pelota con los animales" - añadió Miércoles, mientras ya se imaginaba una gran partida de fútbol.

"¡Espero que haya impresionantes arcoíris!" - exclamó Jueves, que siempre estaba deseando ver uno.

"Y yo quiero hacer un picnic bajo el gran roble" - agregó Viernes, acariciando su cesta de picnic.

"Los sábados son para relajarse, así que espero que tengamos tiempo para descansar" - dijo Sábado, acomodándose en su manta.

"Y el domingo quiero llevar una guitarra para cantar juntos" - finalizó Domingo, ya soñando con melodías alegres.

Los Días se arreglaron y emprendieron su camino hacia el campo. Mientras caminaban, encontraron un claro donde el viento susurraba dulces melodías entre las hojas de los árboles.

"Hay tanto por descubrir aquí!" - dijo Martes, mirando a su alrededor con curiosidad.

"¿Qué es eso?" - preguntó Jueves, señalando algo brillante entre los arbustos.

Los Días se acercaron y descubrieron un hermoso arcoíris que se reflejaba en un pequeño charco.

"¡Es increíble!" - exclamó Jueves, maravillado.

"Deberíamos tomar una foto!" - propuso Sábado.

Sin embargo, al intentar sacar la foto, ¡el arcoíris se desvaneció!

Los Días se sintieron un poco tristes, pero Domingo, siempre optimista, les dijo:

"No se preocupen, siempre habrá otros arcoíris. Lo importante es disfrutar lo que tenemos aquí ahora."

Decidieron seguir caminando, y poco después, encontraron un campo lleno de flores de colores brillantes.

"¡Miren estas flores!" - gritó Miércoles, emocionado. "Parece que tenemos una competencia de recoger las más hermosas. ¿Quién se anima?" - propuso.

Los Días comenzaron a correr y a recolectar flores, creando ramos hermosos mientras jugaban y se reían. El ambiente estaba lleno de alegría, hasta que de repente, se dieron cuenta de que no había un rayo de sol.

"¿Dónde se fue el sol?" - preguntó Lunes, mirando al cielo nublado que se había formado de repente.

"No podemos quedarnos aquí sin luz" - dijo Viernes, angustiado por el picnic que planeaba.

"Los días nublados también son hermosos" - comentó Domingo tratando de animarlos. "Siempre podemos jugar bajo la sombra y hacer una búsqueda del tesoro. ¿Qué les parece?"

A todos les pareció una buena idea, así que decidieron repartir pistas. Mientras buscaban, encontraron un viejo árbol que les contaba historias. El árbol, hablador y sabio, les dijo:

"Cada día trae su luz, ya sea con sol o con nubes. Lo importante es cómo decides disfrutarlo."

Los Días lo miraron y sonrieron, entendiendo que no necesitaban luz del sol para disfrutar juntos. Entonces, Sábado dijo:

"¿Y si nos sentamos a escuchar las historias del árbol? Estoy seguro de que tiene muchas cosas interesantes para enseñarnos."

Se sentaron cómodamente y escucharon al árbol contar sobre el pasado del campo, las estaciones que habían pasado y los secretos del cielo. A medida que el tiempo pasaba, el cielo se despejó lentamente.

"¡Miren!" - gritó Jueves cuando un nuevo arcoíris se formó después de la lluvia.

"¡Esta vez no se lo perderán!" - alegó Miércoles con una sonrisa radiante.

"Hagamos una fiesta en la naturaleza!" - sugirió Viernes, emocionado por su picnic que finalmente podría realizarse.

Así, celebraron juntos, riéndose y disfrutando del arcoíris mientras compartían historias, juegos y canciones bajo la luz renovada del sol.

El día terminó con la promesa de repetir la aventura, recordando siempre que la belleza de cada día reside en cómo eligen pasarla, ya sea bajo el sol o en medio de las nubes.

FIN.

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