Un día en el parque


Lucas y Sofía eran dos hermanos muy inquietos que vivían cerca del parque más hermoso de la ciudad. Un día soleado, decidieron ir a jugar al parque. Llevaron consigo una bolsa llena de dulces que su abuela les había regalado.

Al llegar al parque, vieron a un grupo de animales jugando y divirtiéndose. Lucas y Sofía se acercaron con asombro. -¡Mira, Sofi! ¡Qué lindos son los animalitos! -exclamó Lucas emocionado. Los animales, al ver a los niños, se acercaron curiosos. Había un conejo, un zorro, un pajarito y una tortuga.

Los niños compartieron algunos de sus dulces con los animalitos, quienes se los comieron con alegría. -¡Gracias por los dulces, niños! -dijo el zorro con una sonrisa.- Nos encanta cuando nos visitan al parque.

Pronto, los niños y los animales comenzaron a jugar juntos. Lucas y Sofía se sentían muy felices. Pasaron el día corriendo, saltando y riendo con sus nuevos amigos. Cuando el sol comenzaba a ocultarse, los niños se despidieron de los animales prometiendo volver al parque pronto.

Desde ese día, Lucas y Sofía volvieron al parque cada fin de semana para jugar con los animales. Aprendieron a respetar a la naturaleza y a cuidar a los animales. A veces, llevaban más dulces para compartir con todos sus amigos del parque. Su amistad con los animales les enseñó el valor de la bondad y la importancia de cuidar el medio ambiente. Lucas y Sofía se convirtieron en los guardianes del parque, siempre dispuestos a proteger y ayudar a sus amigos animales.

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