Un día en Faunalia




En el hermoso país de Faunalia, la curiosa y juguetona Mona se encontraba explorando el bosque, saltando de rama en rama con su cola en alto. De repente, divisó a Coni, la coneja, dibujando hermosas flores en el suelo con un palito.

- ¡Hola, Coni! ¿Qué estás haciendo? - preguntó Mona.

- Hola, Mona. Estoy decorando el bosque para que luzca más bonito - respondió Coni con una sonrisa.

- Eso suena divertido, ¿puedo ayudarte? - preguntó Mona, emocionada.

- Claro, ¡sería genial! - exclamó Coni. Juntas, se pusieron a dibujar y decorar el suelo del bosque con sus patitas, creando un espectáculo de colores y formas.

De repente, escucharon un ruido proveniente de los arbustos. Era Mateo, el mapache, quien se unió a ellas.

- ¿Qué están haciendo? - preguntó Mateo.

- Estamos decorando el bosque, ¿te gustaría ayudarnos? - dijo Coni.

- ¡Por supuesto! - respondió Mateo. Los tres amigos continuaron decorando el bosque, riendo y jugando juntos.

Mientras tanto, en lo más profundo del bosque, una pequeña tortuga llamada Tito estaba atrapada en un charco de barro. Al escuchar sus débiles quejidos, los tres amigos corrieron en su ayuda y lograron sacar a Tito del barro.

- ¡Gracias, amigos! No sé qué hubiera hecho sin ustedes - dijo Tito, agradecido.

- De nada, Tito. Estamos aquí para ayudarnos los unos a los otros - respondió Mona con amabilidad.

Desde ese día, Mona, Coni, Mateo y Tito se convirtieron en los mejores amigos y juntos descubrieron que el trabajo en equipo y la amistad pueden transformar hasta el día más común en una aventura emocionante en Faunalia.

FIN.

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