Un Día en la Escuelita de Sol



Era un hermoso día soleado en la ciudad de Buenos Aires, y Sol se despertó con una sonrisa. Era lunes, y eso significaba que había colegio. Se peinó con cuidado, se lavó los dientes y se puso su uniforme. Cuando llegó a la escuela, se encontró con sus amigos: Tito, Valen y Lila.

"¡Hola chicos! ¡Estoy lista para aprender!" dijo Sol con entusiasmo.

Entraron al aula y saludaron a la profesora María.

"¡Buenos días, clase! Hoy aprenderemos sobre animales y sus hábitats. ¿Están listos?" preguntó María.

"Sí, pero necesito papel para tomar apuntes", dijo Tito levantando la mano.

"Escuchen con atención, por favor. Hoy vamos a hacer un dibujo de nuestro animal favorito después de aprender", explicó la profesora María.

Sol, que había estado atenta, levantó la mano.

"¿Qué significa hábitat, profesora?" preguntó curiosa.

"Buena pregunta, Sol. El hábitat es el lugar donde vive un animal. Así que, si tu animal favorito es un pez, su hábitat es el agua", respondió María.

A medida que avanzaba la clase, María pidió a todos que sacaran sus lápices.

"Saque(n) sus lápices y escriba(n) una frase completa sobre su animal favorito", indicó María.

Sol se quedó pensativa.

"Lo siento, pero no estoy listo/a. Necesito un lápiz...", dijo con timidez.

Valen, su amigo, le pasó uno sin dudar.

"Por favor, Sol, escribe algo lindo. ¡Yo voy a dibujar un loro!" exclamó Valen emocionado.

Después de unas risas y conversaciones sobre sus animales, la profesora María les pidió que mostraran sus trabajos.

"¿Preguntas?" preguntó María, mirando a sus alumnos.

"Sí, tengo una pregunta. ¿Puedo ir al baño?" preguntó Lila tímidamente.

María sonrió y le dijo que sí.

Mientras Lila se ausentaba, Sol miró su dibujo de una tortuga. No estaba segura si era lo suficientemente bueno.

"No entiendo, creo que no se parece a lo que imaginé", dijo Sol un poco frustrada.

Luego escucharon a María, quien se acercó.

"Repita por favor, Sol. Lo que dibujaste es muy especial. Todos dibujamos diferente, y eso es lo que hace que cada uno de nosotros sea único".

Sol sonrió al escuchar eso. Por un instante, se sintió aliviada. Decidió agregar algunos colores a su tortuga.

Cuando terminó, todos se reunieron en círculo para compartir sus dibujos.

"Yo dibujé un pez payaso", comentó Tito orgulloso.

"¡Qué bonito!", exclamó Lila al regresar.

"¿Qué significa esto, Valen?", le preguntó Lila al ver su loro.

"Significa que la diversidad es genial y que todos somos diferentes", respondió Valen.

Finalmente, todos admiraron el trabajo de cada uno. La profesora María aplaudió.

"¡Excellent! Cada uno ha expresado su creatividad de manera única. Este es el verdadero espíritu de nuestra clase. ¡Gracias por compartir!".

Al final del día, mientras regresaban a casa,

"Tu dibujo fue increíble, Sol!", le dijo Valen.

"Gracias, chicos. Y gracias por ayudarme cuando no tenía lápiz", respondió con una gran sonrisa.

A partir de aquel día, Sol aprendió que en la escuela todos pueden ayudar a cada uno, y que su voz y sus preguntas siempre eran importantes. Y así, disfrutar del aprendizaje pudo ser más fácil y divertido, gracias a sus amigos y a su profesora.

FIN.

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