Un día en la plaza con Tía Nacha



Era un hermoso día de sol en la ciudad de Buenos Aires y la Tía Nacha estaba muy emocionada porque había prometido llevar a sus sobrinos, Tomy y Franquito, a pasear en bicicleta por la plaza de La Butibamba.

Los dos niños estaban muy contentos también, ya que les encantaba andar en bicicleta. La tía Nacha había preparado todo para el paseo: las bicicletas estaban listas, los cascos ajustados y una buena merienda para disfrutar en el parque.

Así que salieron temprano de casa para aprovechar al máximo el día. Mientras pedaleaban por las calles de la ciudad, Tomy se detuvo repentinamente. "Tía Nacha, ¿puedo ir más rápido?"- preguntó con entusiasmo.

"Claro que sí, pero siempre manteniendo la seguridad"- respondió ella sonriendo. Franquito miraba a su hermano mayor con admiración mientras seguían avanzando hacia el parque. Pero justo cuando llegaron a la entrada del parque, algo inesperado ocurrió: las bicicletas se descompusieron.

La tía Nacha intentó arreglarlas sin éxito y los niños comenzaron a sentirse tristes por no poder seguir adelante con su plan.

Pero entonces, recordaron lo que su abuelo les había enseñado: "Cuando te encuentras con un obstáculo en el camino, debes buscar una solución creativa". Y así fue como decidieron caminar hacia el centro del parque y buscar otras actividades divertidas para hacer juntos. Encontraron un grupo de amigos jugando al fútbol y pidieron unirse al partido.

Tomy y Franquito no eran muy buenos en el fútbol, pero se divirtieron mucho intentando hacer goles y corriendo detrás de la pelota.

Después de jugar al fútbol, la tía Nacha les propuso hacer una búsqueda del tesoro por todo el parque. Los niños estaban emocionados por esta idea y comenzaron a buscar pistas que los llevarían a encontrar el gran premio: una merienda especial con todos sus dulces favoritos.

Finalmente, después de muchas pistas encontradas y obstáculos superados, los tres llegaron al lugar donde estaba escondido el tesoro. Tomy y Franquito estaban felices porque habían logrado superar las dificultades del día y pasar un tiempo maravilloso junto a su tía.

La Tía Nacha les recordó que aunque las cosas no siempre salen como uno espera, siempre hay formas creativas de resolver los problemas y disfrutar del momento presente.

Y así fue como terminó este hermoso día en La Butibamba, lleno de aventuras inesperadas pero igualmente divertidas para todos ellos.

FIN.

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