Un Día Inolvidable en el Parque



Era un hermoso día de sol cuando mamá y su hijo, Lucas, decidieron ir al parque. Lucas estaba emocionado, ya que le encantaba jugar al aire libre. Al llegar, vieron a muchos niños jugando con sus pelotas y otros disfrutando del columpio.

"¡Mirá, mamá! ¡Quiero jugar en el tobogán!" - gritó Lucas con una gran sonrisa.

"¡Claro, cariño! Vamos a jugar un rato. Luego podremos ver a los patos en el lago" - respondió mamá, sonriendo mientras lo tomaba de la mano.

Después de un rato de divertido juego, Lucas notó a una señora que parecía un poco solitaria, sentada en una banca. Cuando se acercaron, se dieron cuenta de que era Madame la Fouine, una mujer conocida por todos en el barrio.

"¡Hola!" - dijo Lucas con alegría.

"¡Hola, pequeño!" - contestó Madame la Fouine con una voz suave, sonriendo.

"¿Te gustaría jugar con nosotros?" - preguntó mamá, un poco nerviosa, ya que todos decían que Madame la Fouine era una persona rara.

"Oh, no sé..." - contestó Madame, mirando a Lucas y luego a mamá.

Lucas, sin embargo, no iba a rendirse tan fácilmente.

"¿Por qué no? Podemos hacer un juego de imaginación. ¡Podemos ser piratas que buscan un tesoro!" - sugirió con entusiasmo.

"Eso suena divertido, pero..." - Madame la Fouine dudó.

"¡Por favor, no seas tímida!" - insistió Lucas.

Al final, la mujer aceptó. Pronto se unió a ellos y comenzaron a jugar. Se imaginaban navegando en un barco pirata, luchando contra tiburones de cartón y buscando el tesoro escondido por toda la isla del parque. Todos reían y disfrutaban juntos.

Madame la Fouine se dio cuenta de que había pasado mucho tiempo desde que jugaba con otros, y el brillo en los ojos de Lucas la hizo sentir feliz.

"¡Gracias por hacerme sentir así!" - dijo Madame, con una gran sonrisa.

"¡De nada! A veces solo hace falta un amigo para pasarla bien" - contestó mamá.

Tras un rato de aventuras, decidieron hacer una pausa y sentarse a descansar. Madame la Fouine compartió historias de su infancia, de los juegos que disfrutaba y de cómo había aprendido que la amistad es valiosa.

"Sabés, nunca es tarde para hacer amigos, ni para disfrutar de la vida," - dijo, mirando a los dos con agradecimiento.

"Tenés razón, siempre se puede hacer nuevos amigos" - dijo Lucas con convicción.

El día continuó y siguieron jugando hasta que el sol comenzó a esconderse. Todos se despidieron entre risas y promesas de volver al parque.

"He pasado el mejor día, gracias a ustedes dos," - dijo Madame la Fouine mientras se alejaba.

"¡Adiós! ¡Te esperamos pronto!" - gritaron Lucas y mamá a la vez.

Al regresar a casa, Lucas estaba lleno de energía.

"Mamá, ¡hoy aprendí que a veces hay que dar una oportunidad a las personas, incluso si parecen diferentes!" - dijo emocionado.

"Exactamente, Lucas. Cada persona tiene una historia y algo bueno que aportar" - respondió mamá, abrazándolo mientras cruzaban la puerta.

Y así, ese día en el parque no solo fue una divertida aventura, sino también una valiosa lección para Lucas sobre la amistad, la aceptación y la importancia de ser amable con los demás.

FIN.

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