Un día mágico en el parque de atracciones



Había una vez en un barrio muy alegre, dos hermanitos llamados Leo y Pablo. Leo tenía 8 años y Pablo apenas 4. Eran inseparables, siempre estaban juntos jugando y descubriendo el mundo que los rodeaba.

Un día, mientras jugaban en el parque, conocieron a India, una niña de 11 años con diversidad cognitiva. India era muy especial, veía el mundo de una manera única y siempre tenía una sonrisa en su rostro.

Desde ese día, los tres se convirtieron en grandes amigos. Un sábado por la mañana, Leo propuso que fueran juntos al parque de atracciones que acababa de abrir sus puertas en la ciudad.

Los ojos de Pablo se iluminaron de emoción ante la idea de montarse en las atracciones más divertidas. "¡Vamos al parque de diversiones! ¡Va a ser genial!" -exclamó Leo emocionado. India asintió con entusiasmo y los tres amigos se dirigieron hacia el parque.

Al llegar, vieron las coloridas atracciones y escucharon las risas y gritos de emoción de los visitantes. El primer juego al que decidieron subirse fue la montaña rusa. Leo estaba emocionado, pero Pablo comenzó a sentir miedo. "No te preocupes Pablo, estoy aquí contigo.

¡Vamos a divertirnos juntos!" -dijo Leo tratando de calmarlo. Con valentía, Pablo decidió subirse junto a sus amigos. Mientras subían lentamente por la gran montaña rusa, India comenzó a cantar una canción alegre para animarlos.

Cuando llegaron a la cima y empezaron a bajar a toda velocidad, los tres amigos gritaban emocionados sin parar. Después de esa experiencia llena de adrenalina, decidieron ir al carrusel donde India eligió un caballito dorado para montarse.

"¡Miren chicos! ¡Estoy cabalgando como una princesa!" -exclamó India con alegría mientras daba vueltas en el carrusel. Luego fueron a jugar en los autos chocadores donde se divirtieron compitiendo entre ellos y riendo sin parar.

El sol comenzaba a ponerse y los amigos sabían que era hora de regresar a casa. "¡Hoy fue el mejor día! Gracias por hacerme sentir tan feliz. " -dijo India con gratitud mirando a sus amigos Leo y Pablo.

Mientras caminaban de regreso al barrio tomados de la mano, Leo sonrió feliz al darse cuenta del gran corazón que tenía su amiga India. "Siempre es importante estar juntos y apoyarnos unos a otros. " -comentó Leo reflexivo.

Y así terminó un día inolvidable en el parque de atracciones donde la verdadera diversión no estuvo solo en las atracciones sino en la amistad sincera que compartían estos tres increíbles amigos.

FIN.

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