Un día sin pantallas en el parque con la señorita Ana



Era un día gris y nublado en la escuela de 4to A, los alumnos estaban cansados y aburridos. No había WiFi disponible en el aula, lo que significaba que no podían usar sus dispositivos para distraerse.

Los ojos de los niños se cerraban lentamente mientras intentaban concentrarse en las matemáticas. La maestra, la señorita Ana, notó que algo andaba mal. Ella sabía que sus estudiantes eran inteligentes y activos, pero hoy parecían apáticos y sin energía.

"¿Qué pasa chicos? ¿Por qué están tan callados?"- preguntó la señorita Ana. "Estamos cansados y aburridos"- respondió Carla con una voz somnolienta. "No podemos hacer nada sin WiFi"- agregó Tomás con frustración.

La señorita Ana entendió su problema, pero también sabía que no podía permitir que sus estudiantes desperdiciaran su tiempo valioso. Entonces decidió proponerles una actividad diferente:"Chicos, hoy vamos a tener una clase especial al aire libre.

Vamos a caminar por el parque cercano a nuestra escuela y encontrar cosas interesantes para compartir entre nosotros". Los niños se sorprendieron ante esta inesperada propuesta.

Pero cuando salieron del aula hacia el parque cercano comenzaron a sentir la frescura del aire libre y empezaron a despertar poco a poco. Mientras caminaban por el parque encontraron un árbol enorme con ramas retorcidas como brazos gigantes. Carla sugirió subirse al árbol e investigar cómo era la vista desde arriba.

Tomás encontró un hormiguero gigante debajo del árbol y comenzó a observar cómo las hormigas trabajaban en equipo. Otros estudiantes se emocionaron al encontrar flores de diferentes colores y especies.

La señorita Ana los animaba a explorar el parque como si fuera una aventura, les enseñó sobre las plantas, los insectos y la vida silvestre. Los alumnos se sintieron entusiasmados al aprender cosas nuevas. Cuando regresaron al aula, los niños estaban contentos y llenos de energía.

Habían aprendido que no necesitaban WiFi para divertirse o aprender cosas interesantes. La señorita Ana les recordó que hay muchas formas de entretenimiento sin necesidad de estar pegado a un dispositivo electrónico. "¿Qué aprendimos hoy?"- preguntó la señorita Ana sonriendo.

"Aprendimos que podemos divertirnos sin tecnología"- respondió Carla con una gran sonrisa en su rostro. "Y también aprendimos mucho sobre la naturaleza"- agregó Tomás emocionado. Los niños se dieron cuenta de que un día nublado y sin WiFi podía ser muy divertido e interesante si lo aprovechaban bien.

Desde ese día, siempre buscaron formas creativas para pasar el tiempo cuando no había internet disponible en el aula.

FIN.

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