Un duende en busca del propósito
Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Mazocruz, en lo más alto de las montañas del Perú, vivía un duende muy especial. Este duende había estado durmiendo profundamente durante los últimos 100 años y finalmente había despertado.
El duende se llamaba Tito y tenía una misión muy importante: encontrar una esposa para poder llevarla a sus cuevas y volver a dormir otros 100 años.
Pero lo que Tito no sabía era que el sacerdote del pueblo, Don Pedro, había descubierto su plan y estaba decidido a ayudarlo a volver a dormir. Don Pedro era un hombre sabio y amable, siempre dispuesto a ayudar a los demás.
Junto a él estaba su mejor amigo Mateo, un joven valiente y aventurero. Los dos amigos se enteraron del despertar de Tito gracias al canto de los pájaros que anunciaban la llegada del duende mágico.
Decidieron ir en busca de Tito antes de que encontrara una esposa y lograr convencerlo de regresar a dormir. Sabían que no sería fácil, pero estaban dispuestos a hacer todo lo posible por el bienestar del pueblo. Un día soleado, Don Pedro y Mateo partieron hacia las alturas donde se encontraba el duende.
Caminaron durante horas hasta llegar al lugar indicado por los habitantes del pueblo. Finalmente encontraron a Tito sentado junto a un río cristalino, mirando con tristeza el reflejo de su rostro en el agua.
Se acercaron lentamente para no asustarlo. "¡Hola! ¿Eres tú Tito?", preguntó Don Pedro con voz amigable. Tito levantó la mirada sorprendido y respondió: "Sí, soy yo.
¿Quiénes son ustedes?""Soy Don Pedro, el sacerdote del pueblo, y él es Mateo, mi fiel amigo", contestó el sacerdote. "Hemos venido a ayudarte".
Tito frunció el ceño y preguntó con curiosidad: "¿Ayudarme? ¿Pero cómo pueden hacerlo?"Don Pedro explicó con calma: "Sabemos que estás buscando una esposa para llevártela a tus cuevas y dormir otros 100 años. Pero creemos que hay un destino mucho más grande para ti en este mundo". Mateo intervino emocionado: "Tito, imagina todas las cosas maravillosas que puedes hacer si decides quedarte despierto.
Puedes explorar nuevos lugares, conocer personas increíbles, aprender cosas nuevas y ayudar a los demás". Tito se quedó pensativo por un momento. Nunca antes había considerado esa posibilidad. Siempre había asumido que su único propósito era volver a dormir.
Después de reflexionar profundamente sobre las palabras de Don Pedro y Mateo, Tito finalmente dijo con determinación: "Tienen razón. Hay tanto por descubrir y experimentar en este mundo. No quiero perderme todas esas oportunidades".
El duende decidió acompañar a Don Pedro y Mateo de regreso al pueblo de Mazocruz. A medida que caminaban juntos hacia abajo por las montañas, Tito sentía una emoción inmensa en su corazón.
Cuando llegaron al pueblo, los habitantes se alegraron al ver al duende despierto y dispuesto a quedarse. Tito se convirtió en un miembro valioso de la comunidad, ayudando a los agricultores con sus cultivos y enseñando a los niños sobre la magia y el respeto por la naturaleza.
Con el tiempo, Tito descubrió que su verdadera vocación era ser maestro. Comenzó a compartir su sabiduría y conocimientos con todos, inspirando a las personas a seguir sus sueños y creer en sí mismos.
Así, gracias al amor y amistad de Don Pedro y Mateo, Tito encontró un nuevo propósito en la vida. Y aunque nunca volvió a dormir otros 100 años, vivió una vida llena de aventuras, aprendizajes y felicidad junto a las personas que más quería.
Y así termina nuestra historia, recordándonos que siempre hay nuevas oportunidades esperándonos si estamos dispuestos a abrazarlas con valentía y abrir nuestros corazones al mundo que nos rodea.
FIN.