Un Encuentro Especial



En la sabana africana vivía una jirafa llamada Lola, famosa por su cuello largo y su lengua azul. Lola era muy presumida y se burlaba de todos los animales por ser diferentes a ella.

Se reía de la tortuga por ser lenta, del elefante por ser grande y pesado, e incluso del león por tener melena. Un día, mientras paseaba con altivez por la sabana, se encontró con un pequeño colibrí llamado Tito.

A diferencia de Lola, Tito era humilde y amable con todos los animales. Intrigada por su actitud, Lola decidió acercarse a él. "Hola, colibrí.

¿Por qué eres tan amable con todos si son tan diferentes a ti?", preguntó Lola con tono desafiante. Tito respondió con calma: "Porque sé que la verdadera belleza está en la diversidad y en el respeto hacia los demás". Estas palabras resonaron en el corazón de Lola, quien comenzó a reflexionar sobre sus acciones pasadas.

Decidió pedirle perdón a los animales a quienes había herido con sus burlas y cambiar su actitud. Pero no todo sería fácil para Lola. Algunos animales dudaban de su arrepentimiento y no querían perdonarla tan rápidamente.

Fue entonces cuando Tito intervino para ayudarla. "Déjenme demostrarles que Lola ha cambiado de verdad", propuso Tito.

Con ingenio y valentía, el pequeño colibrí organizó una serie de desafíos en los que Lola debía demostrar su compromiso con la amistad y el cuidado hacia los demás animales. Lola aceptó cada desafío con determinación.

Ayudó a la tortuga a cruzar un río peligroso, compartió las hojas más tiernas del árbol con el elefante hambriento y protegió al león de una manada de hienas traviesas. Poco a poco, gracias al esfuerzo conjunto de Lola y Tito, los demás animales comenzaron a verla bajo una nueva luz.

Descubrieron que detrás de su apariencia altiva se escondía un corazón generoso dispuesto a cuidar y valorar la amistad. Finalmente, llegó el día en que todos los animales se reunieron para celebrar la transformación de Lola. Entre risas y abrazos, juraron respetarse mutuamente sin importar sus diferencias.

Desde entonces, Lola se convirtió en un ejemplo de bondad y solidaridad en la sabana africana. Y todo gracias al pequeño colibrí Tito, quien le enseñó que la verdadera belleza radica en saber valorar a quienes nos rodean tal como son.

FIN.

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