Un encuentro inesperado
Había una vez en un jardín muy bonito, una cucaracha llamada Carlota que vivía sola en su pequeña madriguera.
Carlota era muy feliz con su vida solitaria y disfrutaba de pasar sus días explorando el jardín en busca de alimentos deliciosos. Un día, mientras Carlota estaba buscando comida bajo una hoja, se encontró con un cucaracho llamado Carlos. Al principio, Carlota no estaba segura de qué hacer con este extraño insecto que había aparecido de la nada.
"Hola, soy Carlos ¿Y tú quién eres?"- preguntó el cucaracho. "Soy Carlota"- respondió ella tímidamente. La conversación continuó durante horas y ambos descubrieron que tenían muchas cosas en común.
Compartieron historias sobre sus vidas y se dieron cuenta de que habían pasado demasiado tiempo solos sin nadie con quien hablar o jugar. "¿Por qué no vienes a mi madriguera para tomar un té?"- ofreció amablemente Carlota.
Carlos aceptó la invitación y rápidamente se convirtió en un huésped habitual en la casa de Carlota. Juntos compartieron momentos divertidos jugando juegos y contándose historias emocionantes. Sin embargo, un día todo cambió cuando Carlos le confesó a Carlota que él estaba enamorado de ella.
Al principio ella no sabía cómo responder ya que nunca había pensado acerca del amor antes. Pero después de pensarlo por un tiempo decidió darle una oportunidad al amor y comenzaron a salir juntos oficialmente como pareja.
Pero pronto descubrieron algo más importante: ellos eran diferentes pero eso los hacía complementarse perfectamente. Carlota era muy organizada y cuidaba mucho su madriguera, mientras que Carlos era un poco desordenado pero tenía una gran habilidad para buscar la comida más deliciosa.
"Juntos somos mejores" - dijo Carlota sonriendo. Y así fue como la cucaracha con el cucaracho se convirtieron en una pareja inseparable. Juntos aprendieron a valorarse y a respetarse mutuamente, aceptando sus diferencias y ayudándose en todo momento.
La moraleja de esta historia es que no importa cuán diferentes seamos, siempre podemos encontrar algo en común con otros y aprender a complementarnos unos a otros.
Además, nunca debemos tener miedo de abrir nuestros corazones al amor y darle una oportunidad a alguien nuevo en nuestras vidas.
FIN.