Un Encuentro Mágico
Era una tarde soleada en Buenos Aires y Juli, una niña de diez años, estaba muy emocionada. ¡Iba a asistir al concierto de su cantante favorita, Emilia Mernes! Juli había estado esperando este día por meses. Tenía su camiseta de la artista, un cartelito que decía "¡Te amo, Emilia!" y, por supuesto, su cámara para tomar fotos.
Cuando llegó el momento del concierto, Juli sentía que su corazón latía más rápido que nunca. La música llenaba el aire y todos a su alrededor bailaban y cantaban. Al acercarse a la etapa, un brillo especial iluminó los ojos de Juli. La energía era contagiosa.
De repente, Emilia Mernes apareció en el escenario. La multitud estalló en gritos. Juli no podía creer que estaba allí, frente a su ídola.
"¡Hola a todos!", saludó Emilia con una gran sonrisa.
Juli levantó su cartelito con toda la fuerza que tenía.
"¡Emilia, te quiero!"
Emilia miró a Juli y sonrió. Era un momento mágico.
Después de unos temas, Emilia decidió hacer algo diferente.
"Voy a elegir a un fan para que venga a cantar conmigo", anunció Emilia. La multitud enloqueció y Juli sintió que su corazón se detenía.
"No puede ser, ¡eso es increíble!", pensó Juli. Sin embargo, ella no se atrevería a levantarse; pensó que era solo un sueño imposible. Pero, para su sorpresa, Emilia apuntó hacia ella.
"¡Tú! Ven aquí, pequeña valiente", dijo Emilia, señalando a Juli.
Juli se quedó paralizada. Era como si un rayo de luz la hubiera alcanzado.
"¡Yo! ¿Yo?", preguntó, mirando a su alrededor, asegurándose de que no era una broma.
Todos la animaron y la empujaron suavemente hacia el escenario. Juli subió los escalones, temblando un poco de emoción.
"¿Cómo te llamas, hermosa?", le preguntó Emilia, una vez que Juli se encontraba junto a ella.
"Soy Juli, y soy tu fan número uno", respondió, tratando de no dejar que los nervios la dominaran.
"Me alegra conocerte, Juli. ¿Te gustaría cantar conmigo?"
"¡Sí!", gritó Juli.
Juntas comenzaron a cantar una de las canciones más populares de Emilia. La multitud cantaba al unísono, y Juli sintió que estaba en el cielo. Era un momento que jamás olvidaría.
Al finalizar la canción, Emilia abrazó a Juli y le dijo:
"Eres increíble, Juli. Nunca dejes de seguir tus sueños. La música vive en ti".
Juli se sentía la niña más afortunada del mundo. Al bajarse del escenario, la gente la aplaudía y le sonreía.
"Gracias, Emilia. Haré todo lo posible por seguir mis sueños", prometió Juli mientras se acercaba a su asiento.
El concierto continuó, pero Juli ya no era la misma. Había aprendido una lección importante: no sólo se trata de disfrutar de los sueños, sino de atreverse a buscarlos y creer en ellos.
Días después, Juli decidió empezar sus propias clases de canto. Sabía que tenía mucho que aprender, pero estaba lista para el desafío.
"¡Con esfuerzo, puedo llegar lejos!", repetía para sí misma cada mañana.
Así, inspirada por aquel encuentro mágico, Juli trabajó duro y nunca dejó de soñar. Su historia se convirtió en un faro de esperanza para otros niños.
Y así fue como Juli no solo conoció a Emilia Mernes, sino que también descubrió el poder que tiene la música y la importancia de perseguir los sueños, por locos que parezcan.
FIN.