Un Equipo de Dinosaurios

Había una vez en la Escuela de los Dinosaurios, un grupo de amigos muy traviesos: Tito el Tiranosaurio, Lola la Diplodocus, y Roco el Raptor.

Siempre se metían en problemas por no prestar atención en clase y no seguir las reglas. Un día, la maestra Rex les dijo: "Amigos dinosaurios, es importante prestar atención en clase y seguir las reglas para aprender y crecer juntos". Pero ellos no le hicieron caso y continuaron jugando y distrayéndose.

Un día, mientras estaban jugando cerca del volcán de la escuela, Tito tropezó y cayó dentro de un agujero profundo. Lola y Roco corrieron a pedir ayuda a la maestra Rex.

"-Maestra Rex, maestra Rex! Tito cayó en un agujero!", gritaron preocupados. La maestra Rex llegó rápidamente al lugar del accidente. Vio a Tito atrapado en el fondo del agujero y les dijo a Lola y Roco: "Para poder salvar a Tito, necesitamos trabajar juntos siguiendo las reglas".

Lola recordó lo que habían aprendido en clase sobre trabajo en equipo y organización. "-Roco, tú buscarás algo con qué hacer una cuerda larga; Lola, tú irás por ayuda", dijo la maestra Rex.

Roco encontró unas lianas fuertes para hacer la cuerda mientras Lola corría hacia los otros dinosaurios más grandes de la escuela para pedir ayuda. Todos se organizaron siguiendo las instrucciones de la maestra Rex. Finalmente, lograron rescatar a Tito sano y salvo del agujero.

Estaba muy asustado pero feliz de estar nuevamente con sus amigos. Aprendieron que al seguir las reglas y prestar atención en clase podían resolver cualquier problema juntos.

Desde ese día, Tito, Lola y Roco se convirtieron en los mejores estudiantes de la Escuela de los Dinosaurios. Siempre seguían las reglas, ponían atención en clase y trabajaban en equipo para ayudarse mutuamente. La maestra Rex estaba muy orgullosa de ellos por haber aprendido esa valiosa lección.

"-Amigos dinosaurios", les dijo con una sonrisa,"cuando trabajamos juntos siguiendo las reglas podemos lograr grandes cosas".

Y así, entre risas y juegos responsables, Tito, Lola y Roco demostraron que ser buenos estudiantes implicaba más que solo divertirse; también era importante seguir las reglas estrictas para poder crecer como individuos fuertes y solidarios.