Un Equipo Inseparable



En un hermoso jardín de flores coloridas, vivían dos abejas llamadas Pompón y Zumbido. Pompón era una abeja muy trabajadora y ordenada, mientras que Zumbido era más impaciente y desorganizada.

Las dos abejas siempre discutían por cualquier motivo, desde quién recolectaba más polen hasta quién volaba más rápido. Un día, la tensión entre Pompón y Zumbido llegó a su punto máximo cuando se encontraron en medio de una pelea en pleno vuelo.

Sus zumbidos furiosos resonaban en todo el jardín, perturbando a las demás abejas que trabajaban pacíficamente. La Abeja Reina, al escuchar el alboroto, decidió intervenir antes de que la situación empeorara.

La Abeja Reina era sabia y comprensiva, conocía a todas las abejas del jardín y sabía cómo resolver los conflictos. Se interpuso entre Pompón y Zumbido, quienes se miraban con furia en sus ojitos brillantes. "¡Basta ya! ¿Qué está pasando aquí?", dijo la Abeja Reina con voz firme pero amable.

Pompón y Zumbido intentaron hablar al mismo tiempo para contar su versión de la pelea, pero la Abeja Reina levantó una patita para calmarlas. "Escuchen con atención. En nuestra colmena todos tenemos un rol importante que cumplir.

Pompón, tu labor es vital recolectando polen con eficiencia; sin embargo, debes aprender a ser más flexible. Y tú, Zumbido, tu rapidez es admirable pero necesitas ser más ordenada para no cometer errores", explicó la Abeja Reina con serenidad.

Las dos abejas bajaron sus cabezas avergonzadas por haber causado tanto alboroto en el jardín. "Trabajar juntas en armonía hará que nuestra colmena sea aún más próspera. Deben aprender a valorar sus diferencias y complementarse mutuamente", continuó la Abeja Reina.

Pompón y Zumbido se miraron a los ojos y asintieron entendiendo el mensaje de la sabia líder de la colmena. Decidieron dejar atrás sus diferencias y trabajar juntas para el bienestar de todos.

A partir de ese día, Pompón ayudaba a organizar las tareas diarias mientras Zumbido mantenía su velocidad pero con mayor precisión.

Juntas lograron recolectar más polen que nunca antes en el jardín, demostrando que cuando se trabaja en equipo y se aceptan las diferencias, grandes cosas pueden lograrse. La moraleja de esta historia es que cada persona (o abeja) tiene habilidades únicas que pueden potenciarse si se trabaja en conjunto con respeto y cooperación.

FIN.

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