Un Fin de Semana en la Montaña
Era un hermoso día soleado cuando la familia Oso decidió irse de fin de semana a la montaña. El Papa Oso, la Mama Oso, el osito Junito y su hermana osita Lila estaban muy emocionados.
- ¡No puedo esperar a ver las flores en el bosque! - exclamó Lila mientras daba saltitos.
- Y yo quiero explorar la cueva de los murciélagos - dijo Junito con voz decidida.
- Bueno, primero disfrutaremos un picnic en el claro - sugirió la Mama Oso mientras cargaba la canasta.
La familia llegó a la montaña y se instaló en un bonito claro lleno de flores de todos colores. Mientras la Mama Oso preparaba la comida, Junito y Lila empezaron a buscar mariposas.
- ¿Viste esa mariposa azul, Lila? - preguntó Junito.
- ¡Sí, es hermosa! - respondió Lila emocionada.
Después de un rato, la Mama Oso los llamó para comer, y todos se sentaron sobre una manta estampada. Disfrutaron de sándwiches de miel, frutas frescas y el delicioso pastel de arándanos que había preparado la Mama Oso.
- ¡Esto es riquísimo! - exclamó Junito, mientras se relamía los dedos.
Luego del picnic, decidieron ir a explorar el bosque. Mientras caminaban, escucharon un ruido extraño. Era el sonido de algo moviéndose entre los arbustos.
- ¿Qué fue eso? - preguntó Lila, asustada.
- No te asustes, debe ser solo un animalito - le respondió Junito, aunque él también estaba un poco nervioso.
Con un poco de valentía, se acercaron al arbusto y descubrieron a un pequeño conejito atrapado entre las ramas.
- ¡Pobrecito! - dijo Lila, llenándose de compasión.
- Tenemos que ayudarlo - dijo Junito, decidido.
Usando sus patitas, Junito y Lila trabajaron en equipo para liberar al conejito. Finalmente, tras unos minutos de esfuerzo, lograron desatarlo.
- ¡Ahí va! - exclamó Lila, viendo cómo el conejito saltaba libremente.
- Hicimos algo bueno - dijo Junito, sintiéndose orgulloso.
Le contaron a sus papás lo que había sucedido, y la Mama Oso les abrazó.
- Estoy muy orgullosa de ustedes, ¡son unos héroes! - dijo.
- Sí, pero lo hicimos juntos - acotó Lila.
Al caer la tarde, decidieron regresar al claro para ver la puesta de sol. Mientras se sentaban juntos, disfrutando del espectáculo de colores en el cielo, Junito miró a su hermana y dijo:
- ¿Sabés? Me parece que un día podríamos hacer nuestra propia aventura en el bosque.
- ¡Sí! Y ayudar a más animalitos - respondió Lila con una sonrisa.
La familia Oso regresó a casa esa noche con el corazón lleno de alegría, sabiendo que habían pasado un día maravilloso, lleno de momentos especiales y aprendizajes.
- Recuerden siempre, en la vida hay que ayudar a los que lo necesitan - dijo el Papa Oso mientras apagaban la luz.
Los pequeños Osos fueron a dormir soñando con nuevas aventuras por vivir, sabiendo que juntos siempre serían más fuertes y valientes.
FIN.