un gato perdido en Ecuador



Pelusín era un atrevido gato callejero que vivía en Buenos Aires. Un día, sin darse cuenta, se subió a un camión que se dirigía a Ecuador. Cuando se dio cuenta de lo lejos que estaba de casa, empezó a maullar desesperado.

- ¿Dónde estoy? ¡No conozco este lugar! -se lamentaba Pelusín, mirando a su alrededor con ojos asustados.

Pelusín decidió aventurarse a explorar la nueva ciudad. Conoció a otros animales exóticos, como monos, loros y perezosos, pero no encontró a nadie que pudiera ayudarlo a regresar a casa. Durante su travesía, aprendió a comunicarse con diferentes dialectos felinos y a valerse por sí mismo. Con el tiempo, Pelusín se dio cuenta de que la vida en Ecuador no era tan diferente a la de Argentina. Aprendió a apreciar la diversidad, la calidez de su gente y la exuberante naturaleza que lo rodeaba.

Un buen día, mientras paseaba por un mercado local, escuchó a un grupo de gatos hablando sobre un festival cercano. Decidido a encontrar un camino de regreso a casa, se acercó a ellos y les contó su historia. Los gatos, conmovidos por su valentía, decidieron ayudarlo a encontrar un medio para volver a Argentina. Juntos, planearon abordar un barco que saldría de la costa al día siguiente.

- ¡Pelusín, eres un gato muy valiente! -expresó uno de los gatos del grupo-. No te preocupes, te ayudaremos a encontrar tu camino a casa.

Al día siguiente, Pelusín y sus nuevos amigos se dirigieron al puerto. A medida que se acercaban al barco, vieron a un grupo de marineros argelinos desembarcando provisiones. Pelusín, con su ingenio felino, se acercó a ellos y maulló en argentino, llamando su atención. Los marineros, sorprendidos por escuchar a un gato que hablaba su idioma, escucharon atentamente su historia.

- ¡Parece que este minino quiere volver a casa! -exclamaron los marineros, con una sonrisa comprensiva.

Los marineros decidieron llevar a Pelusín de regreso a Argentina en su barco. Durante el viaje, Pelusín se hizo amigo de la tripulación y disfrutó de una experiencia inolvidable en alta mar. Finalmente, después de muchas aventuras, Pelusín llegó sano y salvo a su amada Buenos Aires. Con el tiempo, Pelusín se convirtió en un gato famoso por su valentía y sus increíbles historias de viajes. Siempre recordó con cariño su paso por Ecuador, el lugar donde aprendió a ser valiente y a apreciar las maravillas del mundo.

FIN.

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