Un Halloween Especial



Era una noche clara de octubre cuando dos amigos, Tomás, un boliviano con una gran sonrisa, y Jake, un estadounidense un poco travieso, se reunieron en el parque del barrio para celebrar Halloween y el Día de Todos Santos. Ambos estaban entusiasmados por compartir sus costumbres y tradiciones, que se parecían en cosas pero también eran profundamente diferentes.

"¡Hola, Jake! ¿Listo para la noche más aterradora del año?" - dijo Tomás, con su disfraz de calavera muy colorido.

"¡Totalmente! Pero no estoy seguro de cómo se celebra en Bolivia. Siempre escuché que es algo especial por allá" - respondió Jake, con su disfraz de monstruo de Frankenstein.

"Sí, en Bolivia celebramos el Día de Todos Santos, donde honramos a nuestros seres queridos que han partido. Montamos altares con comida, flores y fotos de ellos. ¡Es una celebración llena de amor y recuerdos!" - explicó Tomás, mientras mostraba una canasta con deliciosos panes de muerto, típicos de su país.

"¡Eso suena hermoso! En Estados Unidos, Halloween es más sobre disfraces y dulce o truco. ⠀ Pero, ¿qué te parece si combinamos nuestras tradiciones?" - sugirió Jake, con una idea chispeante en su mente.

Ambos amigos pensaron en la idea, y decidirían invitar a otros chicos del barrio para crear una fiesta que fusionara ambas celebraciones. Así, comenzaron a distribuir invitaciones y a decorar el parque.

En el día del evento, las luces de calabaza brillaban mientras los chicos llegaban al parque. Cada uno vestido con sus trajes más creativos.

"Miren esto, traje de calavera y... ¡Oh, miren, son dulces en forma de hueso!" - exclamó Jake entusiasmado.

Tomás sonrió al ver los dulces, pero luego añadió:

"Y miren nuestro altar. Hemos preparado todo para recordar a nuestros seres queridos. ¡Vengan a dejar una ofrenda!" - invitó Tomás a todos.

Los chicos se acercaron curiosos, y comenzaron a contar historias sobre sus abuelos y amigos que ya no estaban.

"¿Puedo poner un dulce aquí en el altar?" - preguntó una niña, con ojos brillantes.

"¡Claro! Es una forma de compartir felicidad con ellos. El dulce simboliza amor y alegría" - explicó Tomás.

Así, la fiesta se llenó de risas, recuerdos y muchas historias, creando un espacio donde todos se sentían incluidos y escuchados.

Mientras el tiempo pasaba, Jake, inspirado, subió al escenario improvisado:

"¡Atención, amigos! Aunque nuestras tradiciones son distintas, podemos hacer una celebración única. ¡Por los amigos, por nuestras historias y por el amor que compartimos!"

Todos aplaudieron y unieron sus voces para cantar. El cielo se iluminó con fuegos artificiales, y el ambiente se llenó de alegría.

Tomás miró a su amigo con falta de aliento.

"Jake, esto es increíble. Nunca imaginé que podríamos unir nuestras costumbres así. ¡Esto es lo que realmente importa!" - dijo Tomás, emocionado.

Al final del día, mientras cada uno se iba a casa, los chicos llevaban consigo no solo dulces, sino también el corazón lleno de recuerdos compartidos y nuevos aprendidos. Desde aquel día, tanto Halloween como el Día de Todos Santos se celebraron de una manera especial en su barrio, recordando lo valioso de cada tradición y el poder de la amistad.

Y así, Tomás y Jake, dos amigos de diferentes culturas, demostraron que aunque las tradiciones puedan diferir, el verdadero espíritu de celebración se encuentra en la unión, el respeto y el amor hacia los demás.

FIN.

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