Un Hogar para Tito



Había una vez un perro llamado Quen que vivía en un pequeño pueblo. Quen era conocido por ser el perro más feliz de toda la región.

Siempre tenía la cola moviéndose de un lado a otro y su cara estaba llena de alegría. Un día, mientras paseaba por el parque, Quen se encontró con su amigo gato, llamado Tito. Tito siempre estaba preocupado y triste, así que Quen decidió acercarse a él para ver qué le pasaba.

"Hola Tito, ¿por qué estás tan triste hoy?"- preguntó Quen con curiosidad. Tito suspiró y respondió: "Quen, no puedo evitar sentirme triste porque no tengo un hogar como tú.

Vivo en las calles y a veces me siento solo". Quen se sorprendió al escuchar eso. Él nunca había pensado en lo afortunado que era de tener una casa y una familia amorosa.

"Tito, sé lo importante que es tener una familia y te prometo que haré todo lo posible para ayudarte"- dijo decidido Quen. Quen fue corriendo hasta la plaza del pueblo donde vivía el Alcalde. El Alcalde era conocido por ser amable con los animales y siempre estaba dispuesto a ayudarlos.

Cuando llegó frente al despacho del Alcalde, Quen golpeó la puerta con su pata trasera. El Alcalde abrió la puerta sorprendido al ver al perro tan emocionado frente a él. "¿Qué pasa aquí? ¿Por qué estás tan contento?"- preguntó el Alcalde sonriendo.

Quen le contó sobre su amigo Tito y cómo quería encontrarle un hogar. El Alcalde quedó conmovido por la historia y decidió ayudar. "Quen, eres un perro muy especial.

Haré todo lo que esté a mi alcance para encontrarle un hogar a Tito"- dijo el Alcalde mientras acariciaba la cabeza de Quen. Días después, el Alcalde encontró una familia amorosa dispuesta a adoptar a Tito.

Fue una gran alegría para todos cuando finalmente pudieron darle buenas noticias al gato triste. Quen y Tito se reunieron en el parque nuevamente. Esta vez, Tito tenía una sonrisa en su rostro y sus ojos brillaban de felicidad.

"¡Quen! ¡Gracias por ayudarme! Ahora tengo una casa y una familia que me quiere"- exclamó emocionado Tito. Quen miró a su amigo con orgullo y respondió: "Tito, siempre estaré aquí para apoyarte. La verdadera felicidad está en ayudar a los demás".

Desde ese día, Quen se dio cuenta de que no solo era feliz porque tenía una casa, sino porque podía hacer feliz a otros animales también.

El perro quen siguió siendo el más feliz del pueblo, pero ahora también se convirtió en un ejemplo de generosidad y amistad para todos los demás animales. Y así fue como Quen demostró que la verdadera felicidad radica en compartir nuestra alegría con los demás.

FIN.

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