Un Lagarto Curioso Hace Nuevos Amigos



Era una calurosa mañana en el bosque tropical de la selva. Un pequeño lagarto llamado Lalo se despertó sintiendo que era un buen día para explorar. Era un lagarto de color verde brillante, siempre con su cola en alto y con una pizca de curiosidad.

- Hoy voy a descubrir algo nuevo – se dijo Lalo mientras estiraba su colita.

Con un gran salto, salió de su piedra favorita y comenzó a recorrer el camino, entre las hojas y flores que llenaban el aire de color y fragancia. Lalo había escuchado de otros animales que allí vivían criaturas asombrosas, y estaba decidido a hacer nuevos amigos para jugar.

Mientras caminaba, se topó con una rana que estaba croando en la orilla de un charco.

- ¡Hola! Soy Lalo, el lagarto. – saludó con entusiasmo.

- ¡Hola, Lalo! Yo soy Rita, la rana. – contestó la rana, guiñando un ojo. – ¿Qué haces por aquí?

- Estoy buscando nuevos amigos. ¿Te gustaría jugar? – propuso Lalo.

- ¡Claro! Pero primero, ¡veamos quién puede saltar más lejos! – dijo Rita, emocionada.

Ambos se prepararon para saltar. Lalo dio un gran salto, pero cuando aterrizó, se dio cuenta que había caído justo en el barro.

- ¡Ay no, estoy todo sucio! – exclamó Lalo.

- ¡No te preocupes! A todos nos pasa. – rió Rita. – Pero ahora necesitas una limpieza.

Decididos a despegar el barro, ambos se acercaron al charco. Mientras jugaban, Lalo conoció a otros animales. Un colorido pez payaso llamado Pablo nadó cerca.

- ¡Hola chicos! ¿De qué se ríen? – preguntó Pablo.

- ¡De lo lindo que es jugar en el barro! – respondió Lalo, sin poder evitar reír.

- Eso suena divertido, ¡quiero unirme! – exclamó Pablo mientras saltaba al borde del agua.

Al poco tiempo, otro animal se unió a ellos. Era una tortuga llamada Tina, que aparecía lentita pero muy sabia.

- ¿Puedo jugar con ustedes? – preguntó Tina con su voz suave.

- ¡Claro que sí! – respondieron Lalo y Rita al unísono.

Así, los cuatro amigos comenzaron a inventar juegos. Saltaron, nadaron y se ensuciaron un poco más. Pero, de repente, Lalo se sintió triste.

- ¿Por qué no hay otros lagartos aquí? – preguntó mirando a sus amigos.

- No hay que ser iguales para ser amigos, Lalo. – dijo Rita. – Lo importante es compartir y pasarlo bien.

Al darse cuenta de esto, Lalo sonrió. Era cierto, aquellos nuevos amigos eran diferentes, pero eso era lo que hacía todo más divertido. Se pasaron la tarde contando historias sobre sus vidas en la selva.

Tina habló de su lento caminar, como si cada paso fuera una aventura, mientras Pablo contaba sobre los colores de los corales del océano. Lalo nunca había imaginado que el mundo podía ser tan amplio y diverso.

De repente, un fuerte ruido resonó en la selva. Era un grupo de pájaros que pasaba volando, y uno de ellos pareció desorientarse y aterrizó cerca de ellos.

- ¡Oh no! ¡Ayúdame! – chirrió el pajarito, al ver que sus alas estaban un poco mojadas.

Lalo se acercó, más valiente que nunca.

- No te preocupes, nosotros te ayudamos. ¿Cómo te llamas? – preguntó.

- Soy Pipo. – dijo el pajarito con tristeza. – Nunca había caído así.

- Pero podemos hacer que vuelvas a ser feliz. – dijo Lalo. – ¿Qué te parece si jugamos juntos también?

Pipo sonrió, sus ojos brillaron de alegría. Así comenzó un nuevo juego. Todos sus amigos se unieron a ayudar a levantar su ánimo. Jugaron a correr y saltar, hasta que Pipo se sintió lo suficientemente fuerte como para elevar el vuelo otra vez.

- ¡Gracias, amigos! – dijo Pipo mientras se preparaba a volar. – Nos veremos de nuevo, tengo la certeza de que hoy encontré grandes amigos.

Y así fue como Lalo no solo encontró nuevos amigos, sino que también aprendió que las diferencias podían unirlos en divertidas aventuras. Desde ese día, Lalo, Rita, Pablo, Tina, y Pipo jugaron juntos cada vez que podían, haciendo del bosque un lugar lleno de risas y compañerismo.

- ¡Nunca dejemos de explorar y hacer nuevos amigos! – gritó Lalo en una tarde aún más brillante, recordando lo importante que era compartir y disfrutar de la compañía, sin importar las diferencias.

Y con ese espíritu, el lagarto curioso y sus nuevos amigos continuaron viviendo aventuras inolvidables en el corazón de la selva.

FIN.

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