Un Lugar Mágico


Había una vez, en el hermoso municipio de San Diego, en el estado Carabobo, una escuela llamada U. E. Queipa. Esta escuela era muy querida por todos los niños del lugar, pero lamentablemente se encontraba muy deteriorada.

Las paredes estaban agrietadas, las ventanas rotas y el techo tenía filtraciones cuando llovía. Los pupitres ya no eran cómodos y la pizarra estaba vieja y desgastada.

A pesar de todo eso, los estudiantes nunca dejaron de ir a clases con alegría y entusiasmo. Un día, llegó al pueblo un grupo de personas muy especiales: los voluntarios de la Fundación Renovar Sonrisas.

Estos voluntarios se dedicaban a ayudar a comunidades en situaciones difíciles y habían decidido visitar la U. E. Queipa para darle un nuevo aspecto. Los estudiantes no podían creerlo cuando vieron llegar camiones cargados de materiales para la construcción. Todos estábamos emocionados porque sabíamos que nuestra amada escuela sería restaurada.

Durante varios días, los voluntarios trabajaron arduamente pintando las paredes, reparando las ventanas y cambiando el techo dañado por uno nuevo. También trajeron nuevos pupitres más cómodos y una pizarra moderna. Finalmente, llegó el gran día en que la escuela quedó completamente renovada.

Todos nos reunimos frente al edificio para celebrar este maravilloso logro. El director de la escuela tomó el micrófono y dijo: "Queridos alumnos de U. E. Queipa, hoy es un día muy especial para todos nosotros.

Gracias a la generosidad de los voluntarios de Renovar Sonrisas, nuestra escuela luce hermosa y renovada. Ahora tenemos un lugar adecuado para aprender y crecer juntos". Los estudiantes estallaron en aplausos y vítores.

Estábamos emocionados por volver a entrar en nuestras nuevas aulas. Desde ese día, la U. E. Queipa se convirtió en un lugar mágico donde todos los niños asistíamos felices a clases.

Las paredes llenas de color nos inspiraban, las ventanas limpias nos dejaban ver el mundo exterior y el techo nuevo nos protegía de la lluvia. Nuestros profesores ahora podían escribir con facilidad en la pizarra moderna y los nuevos pupitres eran tan cómodos que no queríamos levantarnos de ellos.

Pero lo más importante era el amor y el compromiso que teníamos como comunidad escolar. Nos dimos cuenta de que cuando trabajamos juntos, podemos lograr grandes cosas. Así fue como la U. E.

Queipa se convirtió en un ejemplo para otras escuelas del municipio San Diego. Los niños de otros colegios comenzaron a soñar con tener una escuela tan bonita como la nuestra.

Y así termina esta historia infantil, demostrando que cuando trabajamos juntos por una causa noble, podemos hacer cambios positivos en nuestras vidas y en nuestro entorno.

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