Un Modelo de Respeto
Había una vez un colegio llamado "Sol y Luna" donde los niños aprendían muchas cosas interesantes. Pero lo más importante en ese colegio era el respeto hacia los demás.
Todos los días, la directora, la señorita Ana, les recordaba a los niños lo importante que era tratar a los demás con amabilidad y respeto. En esa escuela había un grupo de amigos muy especiales: Tomás, Sofía, Lucas y Valentina.
Ellos eran inseparables y siempre estaban juntos en todas las actividades del colegio. Un día, mientras jugaban en el patio del colegio, notaron que había un niño nuevo llamado Martín. Martín parecía estar muy triste y solo en un rincón.
Los cuatro amigos se acercaron a él para preguntarle si quería jugar con ellos. "¡Hola! ¿Cómo te llamas?"- preguntó Sofía con una sonrisa amigable. Martín levantó la mirada sorprendido por la amabilidad de aquellos niños. "Me llamo Martín"- respondió tímidamente.
"¡Mucho gusto, Martín! Somos Tomás, Sofía, Lucas y Valentina. ¿Quieres ser nuestro amigo?"- dijo Lucas extendiendo su mano hacia él. Martín dudó por un momento pero luego sonrió tímidamente y aceptó la invitación.
A partir de ese día, Martín comenzó a formar parte del grupo de amigos. Juntos compartieron risas, juegos e incluso ayudaron a otros compañeros cuando necesitaban apoyo. Un día, durante el recreo, se acercó al colegio un grupo de niños mayores que solían molestar a los más pequeños.
Estos niños comenzaron a burlarse de Martín y a decirle cosas desagradables. "¡Eh, mira al niño nuevo! Seguro que no sabe hacer nada!"- dijo uno de ellos riéndose. Martín se sintió triste y avergonzado.
Pero en ese momento, sus amigos lo rodearon para protegerlo. "Dejen de molestarlo. Él es nuestro amigo y merece respeto"- exclamó Valentina con determinación.
Los niños mayores se quedaron sorprendidos por la valentía del grupo de amigos y decidieron irse sin causar más problemas. Desde ese día, el colegio "Sol y Luna" se convirtió en un lugar donde todos los niños eran tratados con respeto. Los demás compañeros se dieron cuenta del ejemplo que habían dado Tomás, Sofía, Lucas, Valentina y Martín.
La directora del colegio estaba muy orgullosa de ellos y decidió premiar su buen comportamiento organizando una fiesta especial para todo el colegio.
Durante la fiesta, los cuatro amigos subieron al escenario para dar un discurso sobre la importancia del respeto hacia los demás. "Queremos agradecerles a todos por ser parte de esta gran familia llamada "Colegio Sol y Luna". Aquí aprendimos que el respeto es fundamental para tener una convivencia pacífica.
No importa si somos diferentes o si somos nuevos; todos merecemos ser tratados con amabilidad"- expresó Tomás emocionado. El discurso fue tan inspirador que todos los niños aplaudieron emocionados.
Desde aquel día, el colegio "Sol y Luna" se convirtió en un ejemplo de respeto y amistad para todas las escuelas de la ciudad. Y así, Tomás, Sofía, Lucas, Valentina y Martín demostraron al mundo que el respeto hacia los demás puede cambiar vidas y crear un ambiente feliz.
FIN.