Un Mundo de Amigos



En un rincón del planeta, donde la selva se encontraba con el océano y el cielo brillaba de mil colores, vivían tres grupos de animales: los correrones, los voladores y los nadadores. Aunque cada uno de estos grupos tenía su propio hogar, los tres soñaban con ser amigos y descubrir el mundo juntos.

Una mañana radiante, Tino, el tigrillo más curiosos de la selva, salió a pasear. Mientras trotaba, se encontró con Flavia, una hermosa flamenca que estaba practicando sus saltos en un lago cercano.

"¡Hola, Flavia!" - saludó Tino con entusiasmo. "¿Te gustaría ir a explorar la selva conmigo?"

Flavia extendió sus alas y respondió:

"Me encantaría, pero volar es más fácil para mí. ¿Cómo podríamos hacerlo juntos?"

Tino pensó por un momento y dijo:

"Podríamos usar la cabaña de Sammy, el sapo. Él siempre tiene ideas creativas".

Así que se fueron en busca de Sammy, quien estaba sentado en una hoja de lirio.

"¡Sammy!" - gritó Tino. "Necesitamos tu ayuda para que los que vuelan y los que corren podamos explorar el mundo juntos."

Sammy sonrió y dijo:

"Tengo un plan. Hagamos un concurso de talentos. Primero, yo saltaré al agua para hacer burbujas, Flavia podrá hacer acrobacias en el aire, y tú, Tino, mostrarás tus saltos. Después, usaremos nuestras habilidades para cruzar juntos la selva y el mar".

Los tres amigos se pusieron a practicar, mientras los animales de la selva y de la costa se acercaban a ver los ensayos.

Cuando llegó el gran día, todos estaban emocionados. Flavia hizo un espectacular despliegue de saltos en el aire, Sammy hizo burbujas grandes como globos, y Tino mostró sus sorprendentes saltos. Pero de repente, un fuerte viento sopló y llevó a Flavia, quien, al intentar volar alto, chocó contra una rama y se cayó al agua, sin poder volar.

"¡Flavia!" - gritaron todos al mismo tiempo.

Sammy, rápido como un rayo, saltó al agua y la ayudó a salir.

"No te preocupes, Flavia. Aquí estamos para ayudarte".

"¡Gracias, Sammy!" - dijo Flavia, sintiéndose un poco triste.

"Pero ahora no puedo volar. ¿Qué vamos a hacer?"

Tino tuvo una idea brillante.

"Así es, Flavia. Pero todavía podemos caminar juntos y descubrir nuevos lugares. Vamos a combinar nuestras habilidades. ¡Tú puedes volar un poco, yo correré rápido y Sammy podrá saltar para guiarnos!"

Flavia sonrió, comenzó a volar bajo mientras Tino corría y Sammy los guiaba con sus saltos en el agua.

Después de varias travesías, juntos exploraron tanto la selva como el océano. Aprendieron sobre la flora y la fauna de cada lugar e incluso ayudaron a un delfín atrapado en algas marinas.

Cuando regresaron, todos en la selva y el océano aplaudieron su gran aventura.

"Sí se puede, amigos!" - gritaron a coro los tres.

Desde ese día, los animales de la selva, el aire y el agua aprendieron que sus diferencias eran sus fortalezas y que, juntos, podían superar cualquier desafío.

Salieron todos juntos a explorar, y así nació una nueva tradición en la que no solo los que corrían y volaban, sino también los nadadores formaban parte de cada aventura. ¡Nunca más estarían separados! Y así descubrieron un mundo donde todos eran bienvenidos, y aprendieron que los amigos pueden encontrar maneras de ayudarse unos a otros, sin importar sus diferencias.

"Juntos somos más fuertes!" - exclamaron al unísono, llenos de alegría.

Y así, el tigrillo Tino, la flamenca Flavia y el sapo Sammy vivieron felices, compartiendo aventuras por el rincón donde la selva, el océano y el cielo se encontraban.

FIN.

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