Un Mundo de Imágenes
Era un día soleado en el jardín de Juliette. Ella estaba sentada en su manta de picnic con su animal amigo, Teo, un conejo de orejas largas y suaves. Juliette había traído consigo un gran libro de cuentos ilustrados.
"Teo, ¿querés jugar a crear nuestra propia historia con imágenes?" -le preguntó Juliette emocionada.
Teo, con sus ojos brillantes, saltó de alegría.
"¡Claro, Juliette! Pero... ¿cómo hacemos eso?" -respondió él, moviendo sus orejas.
"Podemos dibujar a los personajes y luego inventamos una aventura para ellos" -sugirió Juliette.
Así que, con lápices de colores en mano, comenzaron a diseñar su cuento. Juliette dibujó un dragón de colores brillantes, mientras que Teo se entretenía dibujando una valiente niña con una capa.
"¡Mirá, Juliette! ¿Y si la niña se convierte en la mejor amiga del dragón?" -propuso Teo con entusiasmo.
"Sí, y juntas pueden volar por todo el mundo, ayudando a otros animales en problemas" -agregó Juliette.
Ambos empezaron a crear escenas llenas de aventuras: la niña y el dragón rescataban a un gato atrapado en un árbol y ayudaban a un oso a encontrar su miel perdida.
De repente, con un giro inesperado, el dragón se convirtió en un caballero.
"¡Oh! ¿Qué pasó aquí?" -preguntó Juliette sorprendida.
"Tal vez el dragón soñaba con ser un caballero y luchando contra dragones malos" -explicó Teo, intentando imaginar.
La historia se volvía más interesante a cada segundo.
"¿Y si la valiente niña encuentra un mapa que indica la ubicación de un tesoro?" -sugirió Juliette.
"¡Sí! Y el tesoro está protegido por un monstruo amistoso que solo le da la recompensa a los verdaderos amigos" -añadió Teo.
Mientras creaban las ilustraciones, Juliette se dio cuenta de que podían aprender mucho de su historia.
"Esto es como en la vida real, Teo. A veces tenemos que demostrar que somos buenos amigos para recibir cosas maravillosas" -dijo Juliette pensativa.
"Exacto. Ser un verdadero amigo significa ayudar y siempre estar ahí para los demás" -reiteró Teo mientras coloreaban su página.
Cuando terminaron de dibujar, se sentaron a mirar sus creaciones.
"¡Mirá nuestro cuento, Teo! ¡Es genial!" -exclamó Juliette.
"Sí, y cada imagen cuenta una parte de la historia. Nunca hay que dejar de crear y aprender" -dijo Teo orgulloso.
Juliette sonrió y le dio un abrazo a su mejor amigo.
"Vamos a contarle a mamí sobre nuestra historia y mostrarle las imágenes. Quizás se inspire para contarles a otros" -propuso Juliette.
Y así, juntos y llenos de ideas, se fueron corriendo a casa con el corazón lleno de amistad y la certeza de que lo mejor de la vida es compartir momentos con quienes queremos.
Ese día, Juliette y Teo no solo crearon una historia maravillosa, sino que también aprendieron sobre la importancia de la amistad y la creatividad.
Y cada vez que vuelven al jardín, su imaginación vuela alto, buscando nuevas aventuras.
FIN.