Un mundo de inclusión



Había una vez en un tranquilo colegio de primaria llamado —"Arcoiris" , donde todos los niños se llevaban muy bien y disfrutaban jugando juntos. Pero, lamentablemente, había un niño llamado Lucas que sufría de bullying por parte de sus compañeros.

Lucas era un chico amable y estudioso, pero era diferente a los demás. Tenía lentes gruesos y usaba aparatos en sus dientes. Además, era más alto y delgado que el resto de sus compañeros.

Estas diferencias hacían que algunos niños se burlaran constantemente de él. Un día, durante el recreo, Lucas estaba sentado solo en una banca con la cabeza baja cuando Carla, una niña valiente y compasiva del grado mayor, lo vio triste y decidió acercarse.

"Hola Lucas ¿estás bien?"- preguntó Carla con voz suave. Lucas levantó la mirada sorprendido al ver a alguien interesado en hablarle. "No estoy muy bien... siempre me molestan por ser diferente"- respondió con tristeza.

Carla se sentó junto a él y le sonrió. "Lucas, nadie debería sentirse mal por ser diferente. Todos somos únicos y especiales a nuestra manera". A partir de ese día, Carla hizo todo lo posible para ayudar a Lucas.

Habló con sus amigos sobre la importancia de respetar las diferencias entre las personas y les pidió que dejaran de molestarlo. Al principio fue difícil convencerlos, pero poco a poco entendieron el mensaje.

Un día, mientras Lucas caminaba por el patio del colegio con Carla a su lado, notaron algo extraño: Martín estaba siendo intimidado por otros niños. Martín era un niño pequeño y tímido que también había sufrido bullying. "¡Dejen de molestarlo!"- gritó Carla valientemente a los agresores.

Lucas, inspirado por la valentía de Carla, se unió a ella. "Sí, basta ya. Todos somos diferentes y merecemos respeto". Los niños que estaban acosando a Martín se detuvieron y miraron sorprendidos.

Nunca antes habían visto a Lucas tan seguro de sí mismo. A partir de ese día, Lucas y Carla formaron un equipo para acabar con el bullying en el colegio —"Arcoiris" . Juntos organizaron charlas sobre la importancia del respeto y la tolerancia hacia los demás.

También comenzaron a hacer actividades divertidas en las que todos los niños pudieran participar sin importar sus diferencias. Poco a poco, el colegio —"Arcoiris"  se convirtió en un lugar donde reinaba el respeto y la amistad.

Los niños aprendieron que no importa cómo se vean o qué cosas les gusten; todos merecen ser tratados con bondad y comprensión. Lucas dejó de sentirse solo y triste gracias al apoyo incondicional de Carla y la solidaridad del resto de sus compañeros.

Ahora tenía amigos verdaderos con quienes jugar, estudiar e incluso reírse juntos. Y así fue como Lucas descubrió que ser diferente es algo maravilloso porque nos hace únicos.

Aprendió que cada uno tiene habilidades especiales para ofrecer al mundo, y lo más importante: comprendió que nunca debemos permitir que nadie nos haga sentir menos por ser diferentes. El colegio —"Arcoiris"  se convirtió en un ejemplo de inclusión y respeto para otros colegios.

Y todo comenzó con la valentía y el amor por los demás de dos niños llamados Lucas y Carla, quienes demostraron que juntos podemos hacer del mundo un lugar mejor.

Desde entonces, todos los niños comprendieron que no hay lugar para el bullying en sus vidas, porque cada uno es único y especial a su manera.

FIN.

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