Un mundo de sueños y música



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una perrita llamada Moly. Era una perra muy especial, con un pelaje suave y brillante como la lluvia.

Pero lo más curioso de Moly era que siempre estaba durmiendo y roncando. Un día, mientras Moly descansaba plácidamente bajo un árbol, llegó corriendo su amiga Lunita, una gatita muy traviesa. Lunita saltaba y maullaba tratando de despertar a Moly.

"¡Moly! ¡Despierta! , hoy es un día muy importante", dijo Lunita emocionada. Moly abrió los ojos lentamente y bostezó. "¿Qué pasa, Lunita? ¿Por qué estás tan alborotada?", preguntó somnolienta. "Hoy es el Gran Concurso de Talentos del pueblo", contestó Lunita. "Y tú tienes que participar".

Moly se levantó despacio y miró a su amiga con sorpresa. "¡Pero yo no tengo ningún talento!", exclamó preocupada. Lunita sonrió y le dijo: "Claro que sí, querida amiga. Todos tenemos algún talento especial dentro de nosotros".

Moly dudó por un momento pero decidió confiar en las palabras de su amiga. Juntas fueron al lugar donde se celebraría el concurso y allí encontraron a muchos animales preparándose para mostrar sus habilidades.

El jurado estaba compuesto por el perro Rocky, el loro Paco y la tortuga Lola. Cuando llegaron frente al jurado, les pidieron a las dos amigas que mostraran su talento. Lunita, con su agilidad felina, hizo acrobacias y malabares con una pelotita. El público aplaudió emocionado.

Ahora era el turno de Moly y todos esperaban expectantes a ver qué haría la perrita dormilona.

Moly se paró frente a todos, respiró hondo y comenzó a cantar una hermosa canción que salía de lo más profundo de su corazón. Su voz era dulce y melodiosa como el canto de los pájaros. Todos quedaron maravillados por la sorprendente habilidad que había descubierto Moly. El jurado no pudo contener sus lágrimas de emoción y aplaudieron sin cesar.

"¡Eres increíble, Moly! ¡Nunca antes habíamos escuchado algo tan hermoso!", exclamó Lola, la tortuga. Mientras tanto, en el público, un niño llamado Tomás estaba especialmente conmovido por la actuación de Moly.

Él siempre había soñado con aprender a cantar pero creía que no tenía talento para ello. Al terminar el concurso, Tomás se acercó tímidamente a Moly. "¿Podrías enseñarme a cantar?", preguntó emocionado. Moly sonrió amablemente y le dijo: "Claro que sí, querido Tomás.

Todos tenemos talentos escondidos dentro de nosotros; solo necesitamos creer en nosotros mismos". A partir de ese día, Moly se convirtió en la maestra de canto del pueblo.

Enseñaba a animales grandes y chicos sobre cómo encontrar su voz interior y expresarse a través de la música. Y así, Moly y Tomás compartieron su amor por la música con el pueblo entero. Los talentos ocultos salieron a la luz y el pueblo se llenó de alegría y armonía.

La historia de Moly Perra Lluvia Dormilona Ronca nos enseña que todos tenemos algo especial dentro de nosotros, solo necesitamos descubrirlo y tener confianza en nuestras habilidades.

Y quién sabe, tal vez hasta los sueños más dormidos pueden convertirse en realidad si creemos en ellos.

FIN.

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