Un Nuevo Comienzo
Era una tarde soleada en Barcelona, donde Valentina, una chica colombiana que había llegado a España hace unos años, se preparaba para celebrar su 30 cumpleaños. Aunque el sol brillaba, en su corazón había un poco de nublado, ya que el último año había sido difícil en su trabajo. Sin embargo, el viento soplaba a su favor, porque había conseguido un nuevo empleo y estaba lista para empezar una nueva etapa en su vida.
La mañana de su cumpleaños, su mejor amiga, Lucía, llegó con una caja de sorpresas. La curiosidad llenó el aire.
"¡Feliz cumpleaños, Valen!" - exclamó Lucía, abrazándola fuertemente.
"¡Gracias, Lu! Pero no tenía que traerme nada, ¡solo verte es un regalo!" - respondió Valentina, sonriendo, aunque un poco nerviosa por lo que vendría.
Lucía, con una gran sonrisa, destapó la caja y sacó un sombrero de fiesta muy especial, decorado con colores vibrantes.
"Este sombrero te traerá buena suerte en tu nuevo trabajo, ¡y también es perfecto para la fiesta de más tarde!" - dijo Lucía mientras le ponía el sombrero en la cabeza.
"No sé, Lu... no soy muy fan de los sombreros, pero ¡te lo agradezco mucho!" - contestó Valentina entre risas.
Después de disfrutar un delicioso desayuno, Valentina y Lucía decidieron dar un paseo por la ciudad. Mientras caminaban, pasaron por un parque lleno de niños jugando y risas resonando por doquier. Valentina miró hacia la infancia de cada uno de esos pequeños y recordó cómo, cuando era niña en Colombia, soñaba con ser una gran profesional.
"¿Te acordás de aquellos días de colegio, cuando jurábamos que íbamos a ser lo que quisiéramos?" - preguntó Lucía.
"¡Sí! Yo quería ser piloto de aviación, viajar por el mundo y vivir aventuras. Pero el camino ha sido diferente para mí..." - reflexionó Valentina.
"Seguí adelante, porque cada año trae nuevos comienzos y sorpresas. Y hoy es un día de celebración por todo lo que logramos, ¡no solo por lo que perdimos!" - le animó Lucía.
Valentina sintió el fuego de la esperanza encenderse en su corazón. A medida que continuaban su paseo, comenzaron a ver carteles sobre una feria que iba a tener lugar más adelante, con juegos, comida y música.
"¡Vamos a la feria!" - sugirió Lucía entusiasmada.
"¿En serio? A esta edad ya no me siento tan festiva..." - dudó Valentina.
"¡Claro que sí! Tenés que celebrar tu cumpleaños y tu nuevo trabajo. ¡Se trata de disfrutar!" - insistió Lucía.
Finalmente, Valentina accedió y juntas se dirigieron a la feria. Una vez allí, un torrente de colores, luces y risas las envolvió. Valentina se dio cuenta de que aún había muchas cosas que le quedaba disfrutar. Se subió a la montaña rusa y, riendo, sintió que se liberaba de las cargas del pasado.
"¡Esto es increíble!" - gritó Valentina mientras el viento le acariciaba el rostro.
"¿Ves? La vida es como una montaña rusa, a veces hay altibajos, pero al final siempre hay un momento de alegría. ¡Y siempre hay lugar para nuevos comienzos!" - le respondió Lucía.
"Tenés razón, Lu. Mi nuevo trabajo es una nueva aventura y debe ser celebrada" - Valentina sostuvo la mano de su amiga, sintiendo que podía con todo lo que viniera.
En un rincón de la feria, encontraron una cabina de fotos. Decidieron tomarse una serie de fotografías para recordar ese cumpleaños especial.
"¡Sonreí!" - dijo Lucía mientras el flash iluminaba el espacio.
"¡Estamos radiantes!" - agregó Valentina, llena de energía.
Al caer la noche, volvieron a casa. Valentina se sentó frente a su familia y amigos, quienes le habían preparado una fiesta sorpresa. Todos cantaron el cumpleañero mientras Valentina sonreía y se sentía en el centro del mundo.
"Gracias a todos, por estar aquí y por su apoyo en estos tiempos difíciles. Este nuevo trabajo no solo es una oportunidad, es un nuevo capítulo para mi vida. ¡No puedo esperar a ver lo que vendrá!" - dijo Valentina con el corazón lleno.
Y así, en el cumpleaños número 30 de Valentina, entre risas, postureos y abrazos, la chica que había pasado por tiempos duros comprendió que la vida siempre da oportunidades para renacer y comenzar de nuevo. Cada año puede ser una montaña rusa, pero también tiene su magia y sus sorpresas, y lo importante es disfrutar el camino.
FIN.