Un nuevo comienzo
Había una vez en un hermoso valle verde, un lobo travieso que siempre estaba persiguiendo a las pobres ovejas. El lobo era astuto y rápido, mientras que las ovejas eran lentas e inocentes.
Siempre que el lobo se acercaba, las ovejas corrían despavoridas por el campo intentando escapar. Un día, cansadas de huir constantemente, las ovejas decidieron reunirse en secreto para idear un plan y poder enfrentar al lobo de una vez por todas.
Así fue como la líder del rebaño, Margarita, propuso algo inesperado: hablar con el lobo y tratar de llegar a un acuerdo pacífico. Margarita se acercó al lobo con valentía mientras las demás ovejas observaban desde lejos con temor.
El lobo, sorprendido por la actitud de Margarita, detuvo su persecución y escuchó lo que tenía para decir.
"Lobo querido -dijo Margarita con voz serena-, ¿por qué siempre nos persigues? No somos tus enemigos, solo queremos vivir en paz y disfrutar de nuestro valle sin miedo". El lobo, que nunca antes había sido abordado de esa manera, se sintió avergonzado por su comportamiento y decidió contarles a las ovejas la verdad detrás de sus acciones. "Lo siento mucho", dijo el lobo con tristeza.
"Siempre he sido solitario y me sentía amenazado al verlos juntos como rebaño. Pensé que si los asustaba, podría mantenerlos alejados y tener todo este valle solo para mí".
Las ovejas escucharon atentamente la confesión del lobo y sintieron compasión por él. Entonces decidieron tenderle una pata amiga y enseñarle el valor de la amistad y la colaboración. Entre todos crearon juegos divertidos en los cuales el lobo podía participar sin necesidad de asustar a nadie.
Jugaron carreras por el campo, escondite detrás de los árboles e incluso organizaron picnics donde compartían historias y risas. Con el tiempo, el lobo se convirtió en parte del grupo inseparable junto a las ovejas.
Aprendió a apreciar su compañía sincera y descubrió que no necesitaba intimidar ni perseguir a nadie para sentirse feliz.
Así fue como en aquel valle verde floreció una amistad inesperada entre un lobo juguetón y unas dulces ovejas que supieron perdonar su mal comportamiento inicial. Y colorín colorado este cuento ha terminado, demostrando que incluso los más grandes adversarios pueden encontrar la paz a través del diálogo sincero y la empatía mutua.
FIN.