Un nuevo inicio


sapo con ojos brillantes y lengua lista para atrapar a Irma. La mariposa temblaba de miedo, pensando que sería su fin en manos del sapo.

Pero Mario, con su aro en la mano, notó la situación y decidió intervenir. "¡Alto ahí, sapo!", exclamó Mario mientras se acercaba corriendo hacia ellos. El sapo lo miró sorprendido, deteniendo momentáneamente su intento de cazar a Irma. "¿Qué crees que estás haciendo?", preguntó Mario con valentía.

"Las mariposas son parte importante de nuestro jardín, no puedes lastimarlas". El sapo, sintiéndose desafiado, respondió con voz ronca: "Pero tengo hambre y las mariposas son mi comida favorita".

Mario reflexionó por un momento y luego dijo: "Comprendo que necesitas alimentarte, pero hay otras formas de conseguir comida sin dañar a otros seres vivos. Ven conmigo". Sin saber qué esperar, el sapo siguió a Mario hasta un estanque cercano.

Allí, Mario señaló hacia los insectos acuáticos que nadaban en el agua cristalina. —"Mira" , dijo Mario amablemente, "estos insectos también son una buena fuente de alimento para ti. Así podemos mantener el equilibrio en nuestro jardín sin lastimarnos unos a otros".

El sapo reflexionó sobre las palabras de Mario y finalmente asintió con la cabeza. A partir de ese día, cambió su dieta y dejó de perseguir a las mariposas del jardín.

Irma estaba muy agradecida con Mario por haberla salvado del peligro y aprendió una valiosa lección sobre empatía y respeto por todas las criaturas vivientes en el jardín. Desde entonces, el sapo y la mariposa compartieron pacíficamente el hermoso jardín donde cada uno encontraba su alimento sin dañar al otro.

Y Mario se convirtió en un héroe para todos los habitantes del jardín, recordándoles la importancia de cuidarse mutuamente para vivir en armonía. Y así fue como una situación peligrosa se transformó en una oportunidad para aprender a convivir respetuosamente en el mundo natural.

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