Un pato muy dormilón



Había una vez un pato llamado Pablo que vivía en un tranquilo estanque en medio de un hermoso parque. Pablo era un pato muy especial, porque, a diferencia de los otros patos, pasaba la mayor parte del día durmiendo. Cuando todos los patos del estanque salían a buscar comida o a chapotear en el agua, Pablo prefería cerrar los ojos y soñar con grandes aventuras.

Una hermosa mañana, mientras el sol brillaba en el cielo, todos los patos se reunieron para jugar.

"¡Vamos a jugar al escondite!" - exclamó Pipa, la más pequeña del grupo.

"Yo no puedo, estoy muy cansado" - respondió Pablo con un bostezo.

"Pero Pablo, te vas a perder de muchas cosas divertidas!" - insistió Lucho, su mejor amigo.

"No te preocupes, yo sólo necesito un ratito más de sueño, cuando despierte me contarás todo" - dijo Pablo, volviendo a acomodarse en el borde del estanque.

Los patos jugaron y rieron durante horas, mientras Pablo seguía en su profundo sueño. De repente, notó un ruido extraño en medio de su sueño. Era un rugido que no había escuchado antes.

"¿Qué es eso?" - se preguntó Pablo abriendo un ojo. El rugido se hizo más fuerte y el pato se asomó para ver qué lo estaba causando.

Para su sorpresa, vio un enorme coche de bomberos que se acercaba al parque.

"¡Guau!" - exclamó Pablo, despertando por completo. Se dio cuenta de que había dormido tanto que se perdió la llegada de los bomberos.

"¿Qué está pasando?" - preguntó curioso mientras se acercaba. Una multitud de patos se había reunido a su alrededor.

"Pablo"  - le dijo Pipa con ojos grandes "se está incendiando un árbol en el parque, y los bomberos están aquí para ayudar!"

"Oh no! ¿Y yo que estuve durmiendo todo el tiempo?" - dijo Pablo sintiéndose culpable.

Mientras los bomberos trabajaban para controlar el incendio, Pablo se dio cuenta de que era importante ser parte de la comunidad. Se acercó a Pipa y Lucho y les propuso:

"¿Por qué no ayudamos a los bomberos? Tal vez podamos asustar a los pájaros que están cerca del fuego."

"¡Buena idea!" - respondió Lucho emocionado.

Así, Pablo y sus amigos se unieron a los esfuerzos de los bomberos, grazian su coraje y trabajo en equipo. Juntos asustaron a los pájaros que intentaban acercarse al fuego, y los bomberos lograron controlar el incendio más rápido.

Cuando terminó el suceso, Pablo se sintió muy satisfecho.

"¿Vieron? ¡Nosotros también podemos hacer cosas importantes!" - les dijo, aún sintiendo el adiós del sueño en su voz.

"Sí, Pablo! ¡Gracias por ayudar! ¡Estamos muy orgullosos de vos!" - dijieron Pipa y Lucho juntos.

Desde ese día, Pablo hizo un esfuerzo por no dormir tanto y participar en las actividades del parque. Aprendió que aunque le encantaba dormir, había momentos en los que ayudar a los demás era aún más gratificante.

Y así, Pablo el pato no solo se convirtió en un héroe del estanque, sino también en un amigo destacado que siempre estaba listo para la próxima aventura.

FIN.

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