Un Proyecto Acuático



Era una tarde soleada en el barrio de Lichi, donde cuatro amigos se reunían en el parque para hablar sobre algo que les preocupaba mucho: el medio ambiente.

-Lichi: ¡Hola chicos! ¿Se dieron cuenta de que a veces el agua se desperdicia mucho?

-Majo: Sí, es preocupante. He leído que en algunas partes del mundo el agua es un recurso escaso.

-Klarisse: Exacto, y aquí en nuestro barrio también hemos visto que algunas canillas gotean y nadie las repara.

-Manolom: ¡Eso no puede seguir así! Pero ¿qué podríamos hacer para ayudar?

Los cuatro amigos se quedaron pensativos, mirando cómo pasaba el tiempo.

-Klarisse: ¿Y si hacemos un proyecto para ahorrar agua en casa?

-Lichi: ¡Me encanta la idea! Pero, ¿cómo podríamos implementarlo?

-Majo: ¡Ya sé! ¿Qué tal si usamos una microbit? Es una pequeña computadora que podemos programar.

-Manolom: ¡Sí! Podríamos hacer un programa que nos avise cuando es hora de cerrar la canilla o de revisar si hay goteos.

Todos se miraron emocionados, pero también un poco inseguros.

-Klarisse: Pero, no sé programar como ustedes.

-Majo: No te preocupes, podemos aprender juntos. A mí me enseñaron en la escuela. Además, esto puede ser un gran proyecto para que todos colaboremos.

-Lichi: Todos podemos aportar. Yo puedo encargarme de contactar a algunos vecinos y ver si les interesa participar.

-Manolom: Y yo puedo hablar con el profe de tecnología para que nos dé algunos consejos.

Esa tarde, los amigos se fueron a sus casas pensando en cómo llevar a cabo su proyecto. Se reunieron nuevamente la próxima semana y comenzaron a trabajar.

-Lichi: ¡Chicos! Hablé con algunos vecinos y están re interesados en lo del proyecto. Ellos también quieren aprender a ahorrar agua.

-Majo: ¡Eso es genial! Ahora, manos a la obra.

Después de mucho esfuerzo y risas, lograron programar la microbit. Hicieron un pequeño aparato que sonaba cuando detectaba que el agua estaba corriendo innecesariamente.

-Manolom: ¡Nos quedó espectacular! Vamos a mostrarlo en la plaza.

-Klarisse: Estoy un poco nerviosa, pero creo que todos pueden aprender algo importante con esto.

-Majo: Así es, y además, juntos podemos hacer una gran diferencia.

Cuando llegó el día de la demostración, muchos vecinos se acercaron a ver qué habían hecho.

-Lichi: ¡Hola a todos! Hoy les queremos mostrar un proyecto que hicimos para ayudar a ahorrar agua en casa.

Los amigos demostraron cómo funcionaba la microbit y explicaron sus funciones.

-Un vecino: ¡Qué buena idea! Nunca pensé que un simple aparato pueda ayudarnos tanto.

-Otra vecina: Esto es muy útil, ¿podrían darnos algunos consejos para aplicar en nuestras casas?

Los cuatro amigos se sintieron felices al ver que su esfuerzo estaba valiendo la pena. Al final, no solo aprendieron a programar, sino que también inspiraron a su comunidad a cuidar el agua.

-Manolom: ¿Vieron? Juntos, podemos hacer cosas increíbles.

-Klarisse: Sí, a veces, solo se necesita una buena idea y un poco de trabajo en equipo.

-Majo: ¡Y mucha diversión!

-Lichi: ¡Eso es! Ahora tenemos un proyecto que nos unió y que puede seguir ayudando a nuestra comunidad.

Desde ese día, los amigos decidieron seguir trabajando en nuevos proyectos para cuidar el medio ambiente. Y cada vez que el sol se ponía, se sentían más orgullosos de vivir en un lugar donde podían marcar la diferencia.

Y así, con su microbit y muchas ganas de cuidar el agua, comenzaron una nueva aventura, llena de posibilidades para seguir aprendiendo y ayudando a su comunidad.

FIN.

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