Un proyecto de confianza
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, vivía una niña llamada Sofía. Sofía era una niña muy alegre y curiosa, siempre estaba lista para descubrir cosas nuevas.
Sin embargo, había algo que le preocupaba: su mamá tenía que trabajar mucho y no podía pasar mucho tiempo con ella. Un día, mientras caminaba por el parque del pueblo, Sofía encontró a un cachorrito abandonado.
El perrito parecía triste y solitario, así que sin dudarlo lo llevó a su casa. Le puso de nombre Lucas y desde ese momento se convirtieron en los mejores amigos. Sofía y Lucas pasaban todo el tiempo juntos.
Juntos jugaban en el jardín, exploraban la naturaleza y se contaban secretos al oído. Sofía sentía que finalmente tenía a alguien con quien compartir sus alegrías y tristezas.
Un día, la maestra de Sofía anunció que habría una feria de ciencias en la escuela y todos los alumnos debían presentar un proyecto. A Sofía le emocionó mucho la idea de participar en la feria junto a Lucas. "¡Lucas! Tenemos que hacer un proyecto increíble para la feria de ciencias", exclamó Sofía entusiasmada.
Lucas movió su colita emocionado como si entendiera cada palabra. Sofía pensó durante días qué proyecto podrían hacer juntos hasta que tuvo una brillante idea: construirían un volcán en miniatura que pudiera erupcionar lava falsa.
Juntos buscaron materiales por toda la casa: papel periódico, cartón, pintura y una botella de plástico. Sofía explicó paso a paso cómo debían armarlo y Lucas, con su cola moviéndose de un lado a otro, parecía entender todo. Finalmente, llegó el día de la feria.
Sofía y Lucas llegaron temprano para montar su proyecto en el salón de clases. Cuando los demás alumnos vieron el volcán en miniatura, quedaron impresionados. "¡Wow! ¡Qué increíble proyecto!", exclamaron todos los niños al verlo.
Sofía estaba muy emocionada por el reconocimiento que estaban recibiendo. Pero lo más importante para ella era compartir ese momento especial con Lucas.
Mientras esperaban su turno para presentar el proyecto, Sofía se dio cuenta de algo: aunque le encantaba pasar tiempo con Lucas y estaba feliz cuando él estaba cerca, también podía disfrutar momentos especiales sin la necesidad de tener siempre a alguien junto a ella.
Cuando llegó su turno para presentar el volcán en miniatura, Sofía habló con seguridad frente a todos sus compañeros y explicó cada detalle del experimento. Todos quedaron fascinados por la erupción del volcán falso. Al finalizar la feria, Sofía sintió un gran orgullo por haber logrado un excelente proyecto junto a Lucas.
Pero también comprendió que aunque es maravilloso tener amigos cercanos y compartir momentos especiales juntos, también es importante aprender a disfrutar nuestra propia compañía y confiar en nosotros mismos.
Desde ese día, Sofía siguió compartiendo aventuras con Lucas pero también aprendió a disfrutar de momentos solitarios donde podía reflexionar sobre sus propios pensamientos y descubrir nuevas cosas sobre sí misma. Y así, Sofía y Lucas vivieron muchas aventuras juntos mientras aprendían el valor del apego seguro y la importancia de tener confianza en sí mismos.
Juntos demostraron que la verdadera amistad puede ayudarnos a crecer y ser más felices.
FIN.