Un punto para la amistad



Era el primer día de escuela para Jack, un chico estadounidense que se había mudado recientemente a Argentina con su familia.

Estaba emocionado por conocer gente nueva y hacer amigos, pero también estaba nervioso porque no sabía cómo sería la escuela en este nuevo país. Cuando llegó a su clase, notó que todos los niños hablaban en español y se sintió un poco intimidado.

Pero luego vio algo que lo hizo sentir más cómodo: una pelota de baloncesto en el rincón de la clase. Jack era un gran fanático del basquetbol y jugaba siempre que podía en su antigua escuela. Se acercó a la pelota y comenzó a jugar solo mientras esperaba al maestro.

"¡Hey! ¡Eso es mío!"- dijo una voz detrás de él. Jack se dio vuelta para ver a un niño argentino parado allí con los brazos cruzados. Parecía molesto porque Jack estaba usando su pelota.

"Lo siento mucho, no sabía que era tuya"- dijo Jack rápidamente mientras le devolvía la pelota al niño. "No te preocupes. Me llamo Juan"- dijo el niño argentino mientras le extendía la mano a Jack. "¿Te gusta jugar al básquet?""Sí, me encanta"- respondió Jack entusiasmado.

"Jugaba todo el tiempo en mi antigua escuela". Juan sonrió y le preguntó si quería jugar uno contra uno después de clases.

Jack aceptó felizmente y ambos comenzaron a hablar sobre sus equipos favoritos y jugadores profesionales mientras esperaban por el maestro. Después de las clases, Juan llevó a Jack al patio trasero donde había una cancha de básquetbol. Comenzaron a jugar y Jack se dio cuenta de que Juan era un jugador muy habilidoso.

"¡Eres realmente bueno!"- exclamó Jack mientras admiraba las habilidades de Juan. "Gracias, pero aún tengo mucho por mejorar"- respondió modestamente Juan. "Quiero ser un jugador profesional algún día".

Jack sintió una conexión instantánea con Juan y se dio cuenta de que también quería ser un jugador profesional. Los dos continuaron jugando juntos todos los días después de clases e incluso comenzaron a entrenar juntos para mejorar sus habilidades. Pero no todo fue fácil para Jack en la escuela.

A menudo se sentía fuera de lugar debido a su falta de conocimiento del idioma español y algunos niños lo intimidaban por ser diferente.

Pero cada vez que se sentía triste o solo, pensaba en el basquetbol y en cómo quería convertirse en un jugador profesional como su amigo Juan.

Un día, mientras estaban jugando juntos, Juan le dijo algo que cambió la forma en que Jack veía las cosas:"Sé que es difícil para ti estar aquí porque eres diferente, pero recuerda esto: cuando juegas al básquetbol, no importa quién seas o dónde vengas. Lo único que importa es tu pasión por el juego".

Las palabras de Juan resonaron profundamente con Jack y lo motivaron aún más a perseguir su sueño. Trabajó duro todos los días para mejorar sus habilidades y aprendió español rápidamente para poder comunicarse mejor con sus compañeros de clase.

Finalmente llegó el gran día: había una competencia escolar entre Argentina y Estados Unidos en la cancha local. El equipo argentino estaba liderado por Juan, mientras que Jack lideraba al equipo estadounidense. El juego fue intenso y emocionante, con ambos equipos anotando puntos uno tras otro.

Pero en el último minuto del juego, el equipo argentino estaba ganando por un punto y tenía la pelota. Juan pasó la pelota a Jack, quien se encontraba solo debajo del aro.

Jack saltó alto hacia la canasta y anotó el tiro de la victoria justo cuando sonaba la bocina final. El equipo estadounidense había ganado y Jack se convirtió en el héroe del día. Después del partido, todos los niños de ambas escuelas lo felicitaron por su gran actuación.

Incluso los niños que antes lo intimidaban ahora lo veían como un líder y un amigo. "¡Eres increíble!"- le dijo Juan mientras le daba un abrazo emocionado. "Estoy seguro de que algún día serás un jugador profesional".

Jack sonrió ampliamente porque sabía que su sueño estaba más cerca de hacerse realidad gracias a su amor por el basquetbol y sus nuevos amigos en Argentina.

FIN.

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