Un Reencuentro Creativo
Yara era una niña alegre y llena de energía. Siempre estaba rodeada de amigos y familiares, pero lo que más quería en el mundo era a su perrita Dolly.
Desde que la pequeña cachorrita llegó a sus vidas, Yara y Dolly se convirtieron en inseparables compañeras de aventuras. Un día, los padres de Yara tuvieron que hacer un viaje repentino a un pueblito alejado y no podían llevarse a Dolly con ellos.
La niña sintió un nudo en la garganta al despedirse de su fiel amiga, sabiendo que estarían separadas por un tiempo. Los días pasaron y Yara extrañaba cada vez más a Dolly. Se sentía triste y sola sin su compañera peluda.
Una tarde, mientras jugaba en el jardín de su casa, vio pasar a un grupo de pájaros migratorios volando hacia el sur.
Yara observó con admiración cómo los pájaros seguían juntos en una formación perfecta, ayudándose unos a otros para llegar a su destino. En ese momento, una chispa de inspiración iluminó los ojos de la niña. "¡Eureka! ¡Ya sé qué hacer!", exclamó Yara emocionada. Corrió hacia dentro de casa y comenzó a preparar una sorpresa especial para Dolly.
Con cartulinas de colores, pegamento y brillantina creó carteles llamativos con mensajes como "¡Te extraño!" y "¡Vuelve pronto!". Luego escribió una carta cariñosa expresando todo lo que sentía por su amiga peluda.
Al día siguiente, Yara le pidió permiso a sus padres para visitar el pueblito donde habían dejado a Dolly. Quería entregarle personalmente la sorpresa que había preparado con tanto amor. Sus padres aceptaron encantados al ver la determinación e ingenio de su hija.
El viaje hasta el pueblito fue largo pero emocionante para Yara. Finalmente llegaron al lugar donde habían dejado a Dolly, quien corrió feliz hacia ella en cuanto la vio llegar.
"¡Dolly! ¡Qué felicidad verte!", exclamó Yara abrazando fuertemente a su amiga peluda. Dolly movió la cola contenta mientras olfateaba los carteles coloridos hechos por Yara. La niña le entregó la carta escrita con tanto cariño mientras explicaba lo mucho que la extrañaba y deseaba tenerla cerca nuevamente.
"Nunca pensé que alguien pudiera extrañarme tanto", parecía decir Dolly con sus ojos brillantes llenos de emoción. Desde ese día, Yara visitaba regularmente el pueblito para pasar tiempo junto a Dolly.
Aprendió que aunque estuvieran separadas físicamente por momentos, siempre podrían mantener viva su conexión especial mediante gestos sinceros y amorosos como aquellos carteles coloridos llenos de afecto. La valentía y creatividad de Yara demostraron que incluso las situaciones difíciles podían superarse con amor genuino y determinación.
Juntas continuaron viviendo nuevas aventuras llenas de risas y juegos compartidos, fortaleciendo así su vínculo único e inquebrantable.
FIN.