Un regalo para todos



Jeremy, un niño de 9 años con un gran corazón, estaba emocionado por la llegada de la Navidad. En su pequeño pueblo argentino, todos los niños esperaban ansiosos los regalos que Papá Noel les traería.

Un día, mientras caminaba por el centro del pueblo, Jeremy vio a un niño triste y descalzo sentado en una banca. Se acercó y le preguntó qué le pasaba. El niño contó que nunca había recibido un regalo de Navidad.

Conmovido por la historia del niño, Jeremy decidió hacer algo al respecto. Reunió a sus amigos y juntos idearon un plan para asegurarse de que ningún niño se quedara sin su regalo en esta Navidad.

Organizaron una colecta de juguetes usados en el colegio y pidieron ayuda a sus padres para comprar juguetes nuevos. Con todas las donaciones reunidas, armaron bolsas llenas de regalos para cada niño del pueblo.

El día antes de Nochebuena, Jeremy junto a sus amigos recorrieron las calles repartiendo los regalos a todos los niños que encontraban. La alegría en los rostros de esos pequeños era indescriptible. Pero Jeremy no se conformaba solo con ayudar a su pueblo.

Decidió escribirle una carta a Papá Noel pidiéndole ayuda para llevar regalos a todos los niños del mundo. Cuando llegó Nochebuena, mientras dormía plácidamente, Jeremy soñó que volaba junto a Papá Noel en su trineo mágico repartiendo juguetes por todo el mundo.

Al despertar, encontró una carta de Papá Noel agradeciéndole por su generosidad y prometiéndole que haría todo lo posible para cumplir su deseo. Desde ese día, Jeremy se convirtió en un niño con una misión: ayudar a los niños menos afortunados.

A medida que crecía, fundó una organización sin fines de lucro dedicada a llevar regalos y alegría a todos los rincones del mundo.

Y así, gracias al espíritu solidario y la nobleza de Jeremy, ningún niño se quedó sin su regalo de Navidad. Su historia se convirtió en inspiración para muchos otros niños que decidieron seguir sus pasos y hacer del mundo un lugar mejor.

FIN.

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