Un Reino de Transformaciones



Había una vez un reino muy lejano donde vivían tres princesas muy especiales: Yada, Fada y Tida. Estas princesas eran conocidas por su increíble habilidad para transformarse en cualquier cosa que desearan.

Podían convertirse en animales, objetos e incluso en otras personas. Un día, mientras jugaban en el jardín del palacio, las tres princesas decidieron hacer una competencia para ver quién era la mejor transformándose.

Se pusieron de acuerdo en que cada una tendría que demostrar su habilidad frente a un jurado compuesto por los habitantes del reino. El día de la competencia llegó y todos estaban ansiosos por ver qué sorpresas les esperaban.

La primera en presentarse fue Yada, quien se convirtió en un hermoso cisne blanco y voló alrededor del jardín. El público quedó maravillado con su gracia y elegancia. Luego fue el turno de Fada, quien decidió transformarse en una hermosa flor multicolor.

Su fragancia llenó el aire y todos quedaron fascinados con su belleza natural. Por último, Tida se acercó al centro del escenario y cerrando los ojos con fuerza se transformó... ¡en un sapo! Todos quedaron sorprendidos ante esta extraña elección de transformación.

El jurado no sabía qué decir y algunos comenzaron a murmurar entre ellos. Pero antes de que alguien pudiera hacer algún comentario negativo, Tida empezó a saltar por todo el escenario realizando piruetas impresionantes.

-¡Miren lo alto que puedo saltar! -exclamaba Tida mientras hacía saltos cada vez más altos y acrobáticos-. ¡Soy la mejor saltadora del reino! El público quedó asombrado ante la destreza de Tida y comenzaron a aplaudir emocionados.

El jurado también se unió a los aplausos y declararon a Tida como la ganadora de la competencia.

A partir de ese día, las princesas aprendieron una valiosa lección: no importa en qué te transformes, lo importante es ser fiel a ti mismo y usar tus habilidades únicas para destacar en lo que haces. Las princesas continuaron viviendo aventuras mágicas en su reino, demostrando que cada uno tiene su propio talento especial. Y así, el reino prosperó gracias a las enseñanzas de estas tres maravillosas princesas yadas.

FIN.

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