Un Sueño Brillante



En un rincón pintoresco de un verde valle, vivían un pequeño girasol llamado Gigi, una montaña majestuosa llamada Monty y un brillante sol llamado Solito. Todos ellos albergaban un sueño: Gigi quería crecer tanto que pudiera ver a su amiga Monty desde lo alto; Monty soñaba con ser famosa por su belleza y esplendor; y Solito anhelaba iluminar el mundo con su luz.

Un día, Gigi, mirando hacia la inmensa montaña, decidió que quería ser alto y fuerte. "Quiero ser tan gigante como vos, Monty!"- le dijo Gigi emocionado.

"Para eso, deberás tener mucha perseverancia y paciencia, Gigi. Crecer lleva tiempo",- respondió Monty con una sonrisa.

Pero Gigi estaba decidido. "¡Voy a intentarlo! ¡Voy a crecer y ver todo desde arriba!"- exclamó con energía.

Mientras tanto, Monty también confesó su deseo. "Yo quiero que todos los que pasen se detengan y se maravillen con mi belleza"- dijo pensando en cómo ser la montaña más alta y hermosa del valle.

Con gran determinación, Monty empezó a cultivar su paisaje con hermosas flores y árboles, pero le resultaba un poco difícil. Las lluvias eran escasas y el viento a veces se llevaba lo que había esforzado por cuidar. "¡Ay, qué difícil es, Gigi! A veces siento que nunca lograré ser hermosa"- se lamentó.

"No te desanimes, Monty. La perseverancia es importante. Debes seguir trabajando en tu sueño"- lo animó Gigi.

Por su parte, Solito no se quedaba atrás. "Yo quiero iluminar a todos para que puedan disfrutar de las cosas bellas del mundo, pero si una nube opaca mi luz, me siento triste"- confesó.

Monty y Gigi miraron hacia arriba y vieron la nube. "¡No te preocupes, Solito! Sabemos que tus rayos siempre regresan, siempre brillan más fuerte después de una tormenta"- dijo Gigi con esperanza.

Los días pasaron y Gigi luchó por extender sus raíces y crecer alto. Sin embargo, un día, un fuerte viento lo derribó y Gigi comenzó a llorar. "¡No puedo! Nunca creceré, soy muy pequeño"- lloraba.

"No te desanimes, Gigi"- dijo Monty. "Siempre habrá días difíciles, pero si te levantas y sigues intentándolo, verás que un día alcanzarás tu sueño"- animó.

Inspirado por las palabras de sus amigos, Gigi decidió probar de nuevo. Con cada rayo de sol que llegaba, se esforzaba por levantarse de nuevo. En la montaña, Monty comenzó a florecer, creando nuevos paisajes alrededor de su base, regalando belleza a todos los que pasaban.

Pasaron los días y, milagrosamente, Gigi comenzó a estirarse. "¡Mirá, estoy creciendo!"- gritó emocionado. Monty aplaudió "¡Lo sabías! Con esfuerzo lograste lo que creías imposible"- y Solito brillaba más que nunca para darle energía.

Un día, cuando Gigi finalmente alcanzó la altura deseada, se dio cuenta de que no solo había crecido, sino que también había flores a su alrededor gracias a Monty. "¡Mirá todo lo que he logrado!"- exclamó, mientras la brisa movía sus pétalos amarillos.

Entonces, Gigi giró su cara hacia el Solito. "Gracias, Solito, por darme tu luz. Sin tu ayuda, nunca hubiera crecido"- dijo.

"Y a ustedes, amigo girasol y montaña, nunca dejen de perseguir sus sueños. Todos podemos lograr lo que nos proponemos con un poco de persevencia"- dijo Solito emocionado.

Desde aquel día, la montaña, el girasol y el sol se convirtieron en símbolos de perseverancia para todos los que pasaban. Su historia se convirtió en una leyenda que inspiraba a muchos otros a seguir sus sueños, sin importar los desafíos que se presentaran.

Y así, montañas, girasoles y soles brillantes jamás dejaron de luchar por sus anhelos, recordando siempre que el verdadero triunfo reside en levantarse una y otra vez, hasta alcanzar lo que se sueña.

FIN.

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