Un Sueño Navideño


Había una vez un niño llamado Mateo, quien vivía en un pequeño orfanato en el corazón de la ciudad. Mateo era muy especial, siempre tenía una sonrisa en su rostro a pesar de no tener una familia propia.

Pero cuando llegaba la Navidad, sus ojos se llenaban de tristeza al ver cómo todos los demás niños se iban con sus padres adoptivos.

Un día, mientras paseaba por las calles decoradas con luces y adornos navideños, Mateo encontró un cartel que decía: "¡Gana una cena navideña con una familia amorosa!". Lleno de esperanza, decidió participar en el concurso. La tarea consistía en escribir una carta contando por qué quería pasar la Navidad con esa familia.

Mateo se sentó bajo un árbol y comenzó a escribir:"Querida Familia Amorosa, Mi nombre es Mateo y soy un niño huerfano que sueña con encontrar un hogar donde pueda sentirme amado y nunca más sentirme solo.

La Navidad es mi época favorita del año porque todo el mundo está rodeado de seres queridos, pero yo no tengo a nadie. Me encantaría compartir esta mágica noche junto a ustedes y formar parte de su familia.

Aunque no tengo mucho para ofrecerles materialmente, puedo darles todo mi amor incondicional. Soy muy bueno armando rompecabezas y puedo jugar horas sin aburrirme. Además, me gusta ayudar en las tareas del hogar y aprender nuevas cosas cada día.

Espero sinceramente que me den la oportunidad de conocerlos y demostrarles lo feliz que podría hacerlos si me aceptan como parte de su familia. Con amor, Mateo"Mateo envió la carta con mucha ilusión y esperó impaciente.

Días después, recibió una llamada que lo dejó sin aliento. Era la familia ganadora del concurso, quienes estaban emocionados de conocerlo y pasar la Navidad juntos. El gran día llegó y Mateo se vistió con su mejor ropa.

Al llegar a la casa de la familia, fue recibido por un matrimonio amable y cariñoso llamado Laura y Martín, quienes tenían dos hijos pequeños. "-¡Bienvenido Mateo!", exclamaron Laura y Martín mientras le abrazaban fuertemente. "-Hola", respondió tímidamente Mateo. La noche transcurrió entre risas, juegos y canciones navideñas.

Todos compartieron una deliciosa cena preparada por Laura, quien había hecho especialidades argentinas como empanadas y asado.

Después de abrir los regalos bajo el árbol, Mateo se acercó a Laura y Martín con lágrimas en los ojos: "-Gracias por esta hermosa noche. Nunca pensé que podría sentirme tan feliz en Navidad". Laura le sonrió tiernamente: "-Querido Mateo, eres parte de nuestra familia ahora. Te queremos mucho".

Desde ese día, Mateo comenzó una nueva vida llena de amor y felicidad junto a su nueva familia. Aprendió que no importaba tener padres biológicos o no; lo importante era encontrar personas especiales que te hicieran sentir amado.

Y así pasaron muchas más Navidades juntos, creando recuerdos inolvidables que siempre llevarían en sus corazones. La historia de Mateo es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay una luz al final del camino.

Y cuando se tiene fe y esperanza, los sueños realmente pueden hacerse realidad.

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