Un Sueño por Descubrir



Era una mañana soleada en el pequeño pueblo de Villa Esperanza, donde todos los días parecían iguales, hasta que Pipo, un curioso pajarito amarillo, decidió que era hora de conocer su pasado. Desde que tenía memoria, Pipo había vivido con su abuelita, Mami Lila, una sabia tortuga que siempre le contaba historias sobre el mundo más allá de su árbol.

"Abuelita, ¿por qué no me contás más sobre mi papá y mi mamá?" - preguntó Pipo mientras jugueteaba con su pluma.

"Claro, Pipo. Tu mamá y tu papá eran pajaritos valientes, siempre explorando el mundo. Se fueron a un viaje muy especial, y aunque no podemos saber exactamente adónde, siempre están en nuestro corazón" - respondió Mami Lila.

Pipo voló de rama en rama, sintiendo un nudo en su pequeño corazón. Anhelaba conocer más sobre sus padres, así que decidió que debía emprender su propio viaje. Con una sonrisa esperanzadora, se despidió de Mami Lila.

"No te preocupes, Pipo. El mundo es grande y hermoso. Te espero con ansias" - le dijo Mami Lila mientras le daba un abrazo.

Pipo comenzó su aventura y mientras volaba, encontró a su amigo Roco, un gorrión inquieto.

"¡Hola, Pipo! ¿A dónde vas?" - preguntó Roco emocionado.

"Voy en busca de mis padres. ¿Te gustaría acompañarme?" - dijo Pipo.

"¡Por supuesto! ¿Cómo sabemos a dónde ir?" - preguntó Roco.

"Mami Lila me contó historias de un lugar mágico llamado el Bosque de los Eco, donde se escuchan los susurros del viento. Tal vez allí encuentre pistas" - explicó Pipo.

Juntos, Pipo y Roco volaron con entusiasmo y llegaron al Bosque de los Eco. Al entrar, los árboles altos los saludaron y comenzaron a susurrar.

"¿Escuchás eso?" - preguntó Roco.

"Sí, son las voces del pasado. Debemos prestar atención“ - respondió Pipo.

De repente, encontraron un viejo búho llamado Don Sabio, que siempre tenía historias que contar.

"¡Hola, pequeños! ¿Qué los trae por aquí?" - preguntó Don Sabio con una mirada sabia.

"Estamos buscando información sobre mis padres, Don Sabio. ¿Los conocés?" - preguntó Pipo con esperanza.

"He visto muchas cosas en mis años. Tu mamá solía volar con una hermosa melodía. Escuché su canción hace tiempo en el Valle de las Flores" - respondió el búho, recordando.

Pipo y Roco se miraron emocionados, y decidieron dirigirse al Valle de las Flores. Al llegar, el lugar era un mar de colores y fragancias. Pipo se llenó de energía y entusiasmo.

"¡Mirá todas esas flores! Quizás aquí encuentre más sobre mis padres" - exclamó Pipo.

Mientras volaban entre las flores, conocieron a una mariposa llamada Lila.

"Hola, pequeños. ¿Buscan algo especial?" - preguntó Lila.

"Estamos en busca de los padres de Pipo. ¿Los conocés?" - dijo Roco.

Lila sonrió y dijo:

"Escuché canciones de una mamá pajarito amada por todos, que volaba con su pequeño. Me encantaría ayudarte, pero necesito que prometan cuidarse en el camino".

"¡Lo prometemos!" - dijeron Pipo y Roco al unísono.

"¡Genial! En ese caso, sigan el sendero con las flores más brillantes. Cuando el sol esté más alto, el camino los llevará a un lago mágico" - explicó Lila, y les dio un suave empujón con sus alas.

Emocionados, Pipo y Roco tomaron el camino indicado. Al llegar al lago, el brillo del agua los deslumbró.

"¡Es hermoso!" - dijo Pipo, abriendo sus alitas con alegría.

Pero en el centro del lago había un pez, que parecía triste.

"¿Por qué estás tan triste, amigo?" - preguntó Roco.

"No puedo salir a jugar porque el agua está helada y tengo miedo de no volver" - respondió el pez.

"¡No te preocupes! Pipo, ¿podemos ayudarlo con algo?" - sugirió Roco.

"Tal vez deberíamos ayudarlo, y después él podría ayudarnos a encontrar más pistas sobre mis papás" - reflexionó Pipo.

"¡Sí! ¡Hacemos un trato! ¡Dame tu aletita y me lanzarás al otro lado!" - propuso el pez.

"Yo creo que sí puedo hacerlo. ¡Por supuesto!" - dijo Pipo, y se acercó al borde del lago.

Pipo saltó y, gracias a un impulso de viento, logró lanzar al pez hacia la orilla.

"¡Muchas gracias! Nunca voy a olvidar esto. ¿Qué necesitan saber?" - dijo el pez, ahora feliz.

"Estamos en busca de mis padres. ¿Has visto algo relacionado con ellos?" - preguntó Pipo.

"Sí, hace tiempo vi a una mamá pajarito volar hacia la Montaña de los Cielos. Si vas allí, podrías encontrar más respuestas" - respondió el pez.

Después de agradecerle, Pipo y Roco se dirigieron a la Montaña de los Cielos. Mientras ascendían, los dos amigos comenzaron a notar la diferencia en el aire y en los colores.

"¿Ya sentís que estamos más cerca?" - preguntó Roco emocionado.

"Sí, ¡me late el corazón! Debo estar cerca de mis raíces" - respondió Pipo.

Finalmente, al llegar a la cumbre de la montaña, encontraron a una anciana paloma que estaba en un nido.

"¡Hola, pequeños viajantes! ¿Qué los trae tan alto?" - preguntó con voz suave.

"Buscamos a mis padres. Me dicen que volaron hacia aquí" - respondió Pipo sin dudarlo.

La paloma miró a Pipo detenidamente.

"Tu madre siempre decía que quería que volaras hacia el sol. Ella tiene un canto hermoso que llena el aire. ¿Qué tal si te muestro cómo hacerlo?" - ofreció la paloma, y alzó sus alas.

"¡Sí, por favor! Desearía poder cantarle a mi mamá" - exclamó Pipo.

Juntos, Pipo y la paloma comenzaron a cantar. La melodía resonó en el aire, y Pipo sintió que algo especial lo envolvía.

"Eso es, Pipo, deja que tu corazón hable. Tu canto lleva consigo el eco de tus raíces" - le animó la paloma.

**Pipo cerró los ojos e imaginó a su mamá y a su papá bailando en el cielo. De pronto, el viento llevó su canto lejos, y él sintió un calor en su interior.**

Cuando terminaron de cantar, notaron un destello en el horizonte. La paloma sonrió y dijo:

"Ves, Pipo, la música tiene el poder de comunicarnos con aquellos que amamos. Siéntelo en tu corazón."

Al mirar hacia donde apuntaba la paloma, Pipo vio varias sombras volando, una de esas sombras recordó a una madre ave que vio en fotos.

"¿Creés que esos son mis padres?" - preguntó Pipo a la paloma.

"No hay dudas, pequeño. Ellos te escuchan desde donde estés. Tu canto les llega" - respondió la paloma.

Fue entonces que, al sentir la conexión, Pipo decidió que su viaje era más que solo respuestas; se trataba de descubrir su propia fuerza. Agradeció a la paloma por sus enseñanzas.

"Gracias por ayudarme a descubrir mi voz, ahora sé que siempre estarán conmigo" - le dijo Pipo con gratitud, mientras Roco asentía felizmente.

Al regresar al pueblo, Pipo encontró a Mami Lila esperando, con los ojos llenos de amor.

"¿Y bien, pequeño viajero?" - preguntó Mami Lila con una cálida sonrisa.

"He aprendido que mi hogar es donde está mi familia; aunque estén lejos, siempre vivirán en mi música" - respondió Pipo, ahora con una luz en sus ojos.

Mami Lila lo abrazó con cariño, mientras él miraba hacia el cielo, produciendo una hermosa melodía que llenaba el aire de esperanza.

**Desde ese día, Pipo nunca dejó de soñar ni de cantar, porque en cada nota llevaba el eco del amor que lo rodeaba.**

La moraleja de la historia de Pipo es que aunque no siempre conocemos nuestro pasado, siempre podemos encontrar respuestas y conexión a través de quienes amamos y de las experiencias que compartimos. La música y la memoria son puentes que nos acercan a nuestros seres queridos.

FIN.

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